Película interesante ya que el tratamiento de la historia se asemeja mucho a la manera en que son realizados hoy los biopics musicales.
Kirk Douglas encarna a un trompetista que solo sabe tocar la trompeta -como él mismo dice- y que se ve metido en un triángulo amoroso con una cantante (Doris Day) y una fría psicóloga (Lauren Bacall). El guión está basado en una novela de Dorothy Baker donde el protagonista es el alter ego de Bix Beiderbecke.
La película incluye varios momentos musicales donde Douglas es doblado musicalmente por Harry James, otros protagonizados por Doris Day, y cuenta con el aliciente de ver a Hoagy Carmichael en el papel del amigo pianista. Los momentos en que tocan en pequeño formato, están muy bien filmados y son muy enérgicos.
Como tema secundario aparece la voluntad del trompetista de abandonar la seguridad salarial de la orquesta de baile para poder tocar en clubs donde se toque “música de verdad”.
Otro tema novedoso e insinuado muy sutilmente, es el lesbianismo de una de las protagonistas, convirtiéndose en una de las primeras películas en tratar el tema.