Gran Bretaña. Es una tarde de 1989 y el aburrimiento nos lleva a encender la tele para ver qué hay. Tras un poco de zapping acabamos en la BBC. ¿Un documental sobre Enrique VIII? ¿Una entrevista con el comisario de la nueva exposición de la National Gallery?…No. Un inocente programa llamado What’s that noise (¿Qué es ese ruido?) presentado por el simpático Craig Charles.
El sombrero y la corbata son un poco horteras ¿verdad? No, claro, no. Son los ochenta y todo está permitido.
Quizá se trate de toda una generación daltónica o bien los espejos también se drogaban. A saber.
En la presentación vemos una orquesta clásica –¡qué bien! otro programa que nadie ha pedido que intenta demostrar lo divertida que puede ser la música clásica- . Perdón, estamos en la televisión pública. A callar.
A continuación el presentador da paso al verdadero show de la tarde: la actuación de Napalm Death con su clásico You suffer un alarde compositivo de ¡DOS SEGUNDOS! con voz gutural, velocidad y distorsión extremas. Se jactan de ser la banda más rápida de la música metal y…parece que es cierto.
Un poco después tocan un tema más largo donde se desfogan con unas imágenes tan rápidas como la música. El montador, o bien se drogaba en horas de trabajo o intentaba poner fin a su vida (se ve que era un gran fan de Tchaikovsky y empezar ahora con el Death Metal le venía grande).
Como mínimo extraño. ¿No?
Diez años después vuelven a aparecer en un canal masivo, Channel 4, en un programa de entretenimiento TF1 Friday.
¿Qué sucede? ¿No tienen dibujos animados para rellenar los huecos de programación?
¿La mayoría de cantantes no se atreven a cantar en directo sin autotune?
¿Hay al menos dos personas despedidas de su trabajo por no consultar al jefe de programación?
El caso es que el grupo en sí, no es un banda de frikis que pasan el rato. Son un poco inconstantes –a día de hoy no queda ni un miembro de la formación original- pero con ideas firmes.
En la biografía de su página web podemos leer:
El arte refleja la vida. Los tiempos extremos piden respuestas extremas. El silencio apuesta. El ruido es siempre la respuesta.
Está claro que si hay algo raro en este asunto, debe ser cosa de las cadenas de TV.
Ellos desde luego no esconden lo que hacen.