Acabada la lectura de esta completa historia del heavy metal, nos queda la certeza de que para el autor ha sido igual de importante aportar información –y hay toda la que puedas necesitar – que lograr un libro ameno.
Por supuesto, Andrew O’Neill es “un heavy” más, aficionado al metal más extremo –black metal, death metal … – y además monologuista. Aquí está la clave para entender el enfoque. Para él, esta música es lo más importante del mundo como para casi todos sus seguidores, pero eso no evita que pueda reírse de muchos aspectos del género. Esto hace la lectura más fácil y también se acerca a la actitud que respecto al metal tienen algunos fans.
No es precisamente un género abordado por estudiosos academicistas, así que las divisiones temporales y etiquetas de estilo no dejan de ser consideraciones muy personales, y la clasificación que sugiere no puede ser considerada sino subjetiva. Pero después de todo, discutir sobre si algo es o no heavy, o en qué cantidad es en sí mismo una de las actividades favoritas de sus seguidores.
Es un libro divertido para los fans, y puede ser un buen acercamiento para neófitos –que gusten del humor stand-up.