Película experimental que se aleja de la estética narrativa tradicional.
Si bien podemos observar momentos de la historia de Bach, el discurso se articula en torno a diferentes escenas, sin orden cronológico, donde la música ejerce de verdadera guía de la película.
Es en la parte más abstracta y reflexiva cuando mejor funciona la propuesta, con varias escenas realmente atrayentes que captan la atención que a su vez disminuye con las historias más cercanas al cine tradicional.
El guión está firmado también por el músico vanguardista Carles Santos e incluye apariciones de diversos músicos, caso del armonicista Antonio Serrano- en un sorprendente papel como camionero- o el concertista clásico Daniel Ligorio haciendo de Félix Mendelssohn.