Película musical realizada tan solo cuatro años después de la llegada del cine sonoro y que alcanza, sin embargo, un acabado impecable en el aspecto técnico.
La cinta se puede dividir en dos partes. En la primera, la trama gira en torno a una compañía que está a punto de estrenar un musical en Broadway y tiene diversos problemas que hacen peligrar la producción. La segunda parte corresponde a la función, al musical en sí.
Es difícil calibrar lo espectacular que debió parecer en 1933, con un gran número de bailarines, decorados impresionantes y las inigualables coreografías planificadas por Busby Berkeley, que incorporan composiciones visuales y ángulos de cámara que a día de hoy continúan sorprendiendo.
La primera parte, de factura realista, resulta interesante no tanto por la trama en sí, como por ver los entresijos del teatro, los castings, los ensayos, las relaciones entre artistas, las actitudes de los directores y ayudantes…en definitiva, para conocer más de cerca las circunstancias en que se desarrollaba el trabajo en los teatros musicales durante la época dorada de Broadway.
Y reforzando este interés histórico, algunas ediciones en Dvd incluyen noticiarios de la época que nos sumergen aún más en los años 30.