Paganini’s Daemon

Como señala el título, el documental trata de lidiar con la vida y leyenda del famoso violinista. Existen pocos artistas de los cuales resulte tan difícil separar lo real y lo inventado.
Al acabar, en realidad no queda claro el posicionamiento del autor. Aunque se sacan a la luz aspectos biográficos que a veces se pasan de largo –es interesante la figura de su hijo-, la puerta queda abierta a los detalles más oscuros de su figura.
Resulta interesante observar la carrera del concertista más famoso de su época. En él encontramos, por un lado, a un virtuoso capaz de llevar al violín a sus máximas posibilidades en el aspecto técnico y, por otro lado, un artista consciente de su carrera, interesado en la promoción de su figura y empeñado en obtener el máximo rédito posible tanto en prestigio como en el terreno económico.
La fama que le propiciaron las historias que lo definían como alguien satánico, poseído por el demonio, también se le volvieron en contra en algunos momentos.
También sufrió ataques por parte de los críticos de algunos países que en la mayoría de ocasiones obedecían más a criterios chovinistas y racistas que a críticas sinceras.
Christopher Nupen peca de mal gusto al unir el aspecto endemoniado con su supuesto gusto por el dinero. Así llega a decir que “su demonio interior fue la codicia”. Parece cuando menos exagerado e injusto, que alguien que llenaba los teatros haciendo lo que ningún otro intérprete era capaz de hacer – han pasado más de 150 años y sigue encarnando la figura del virtuoso- no pudiera exigir una compensación acorde. Es un análisis poco riguroso en lo histórico y sí indebidamente moralizante.
A pesar de esto, nos encontramos con un interesante documental que nos traza la vida de este fantástico músico, iniciador de las historias habituales de “rock stars” y “alianzas con el diablo” tan difundidas en la música popular del siglo XX.
Aparece ilustrando la imagen de Paganini, el virtuoso Gidon Kremer, y también el reputado director de orquesta Lawrence Foster.