
Primero de todo, señalar que estamos ante un documental “oficial” que cuenta con el beneplácito de la banda, al frente del cual está el realizador de algunos de sus videoclips más famosos.
En su larga duración podemos ver escenas de la espectacular gira que han realizado por diversos estadios de todo el mundo, con un montaje y escenografías impresionantes.
El leitmotiv que recorre todo el largometraje es que este es por fin el disco y gira que habían intentado hacer siempre y que supone en cierto modo una culminación a su trayectoria hasta el momento.
Aunque se señalan algunos de los momentos tensos vividos (adicciones, depresiones, despido y readmisión de su exmanager, momentos personales duros…) se hace especial hincapié en la buena amistad que todavía reina entre ellos. Demasiadas veces, ¿quizá?
El documental está bien narrado y ofrece una imagen muy corporativa del grupo más masivo del nuevo siglo que ha sabido capear momentos difíciles y detrás del cual hay mucho trabajo.
Se intuye el papel preponderante de su líder Chris Martin y quedan las dudas por saber cuál es la opinión real del resto de miembros sobre la democracia interna vista la avasalladora personalidad de su frontman. (y su fuerte ego)
El documental deja la misma sensación de su música. Grande, elocuente, positiva, correcta… ¿De verdad no hay fisuras en esa Wonderland descrita?