
Se trata de un documental interno, con una visión del grupo desde el interior y con el objetivo de llegar sobre todo a los fans.
Se sigue a los miembros del grupo en el día que cierran la gira en el Wizink Center de Madrid alternando los momentos de preparación con entrevistas en las que los músicos nos van contando anécdotas y recuerdos de todo lo acontecido desde que el grupo se puso en marcha en 2010.
Dejando al margen si te gusta más o menos su música, el documental sí muestra como son los inicios de una banda en España, no sólo Izal sino la mayoría de ellas, con la dificultad de encontrar buenos lugares de ensayo, la precariedad de los inicios, la dificultad de la rentabilidad de los “bolos” si decides hacer ruta por toda la península, la paciencia y perseverancia necesarias para levantar un proyecto en un momento en que las empresas de entretenimiento no invierten dinero, y la progresiva mejora de las condiciones en el caso de que consigas triunfar.
Izal, parecen ser conscientes de la suerte que han tenido y de lo difícil que es mantenerse. Muestran una gran imagen de cohesión y democracia interna y un gran respeto y admiración por quienes completan su equipo, los técnicos que viajan con ellos desde el principio.
Hay dos aspectos que a mi parecer merecen reconocimiento:
1. Son un grupo autogestionado, con las dificultades y libertades que eso supone
2. Son un grupo. Una banda de cinco músicos. En una época en la que los solistas acaparan toda la atención, conseguir atraer la atención haciendo además rock –cuya aceptación está de capa caída- tiene mucho mérito.