
Documental inspirador sobre una figura importante del jazz moderno. Durante 90 minutos podemos observar la trayectoria personal y profesional de uno de los guitarristas más importantes de su generación, de un perfil mucho menos mediático que otros como George Benson, John McLaughlin o Al di Meola.
Vemos a una persona comprometida con su música, sincera, con un trato nada déspota (habitual en tantas estrellas) y revestido en todo momento de una modestia y humildad admirables.
Como a tantos otros, la música le salvo de una vida oscura y le dio sentido hasta el punto de dominarlo todo por encima de lo demás. Y en referencia a este aspecto, destaca el aporte de su mujer, consciente de la peculiaridad supone en una pareja esta exigencia, a la cual ella responde con un alto grado de comprensión y complicidad.
En los buenos documentales, se deja hablar a los protagonistas. Y es lo que sucede en esta estupenda producción y así, podemos escuchar sus opiniones sobre el instrumento, su proceso de aprendizaje, su relación con otros músicos (su admiración por algunos clásicos y la relación que pudo establecer con algunos de ellos) y anécdotas, además de verlo tocar en directo.
El único pero, es que al tratarse de una producción de ECM, solo se abarca su colaboración con este sello como si con ello se pudiera resumir toda su trayectoria. Es entendible desde el punto de vista comercial, pero nos deja huérfanos de una actitud más objetiva.
Aún así, es una toma de contacto ideal con este músico, y una invitación a escuchar su música.