Como toda la comunidad musical, nos unimos al pesar general por la muerte de uno de los grandes iconos de las bandas sonoras. No creemos necesario recordar quien era ni la innumerable lista de temas conocidos que deja atrás, pues son por todos conocidos y han sido repetidos estos tías por todos los medios.

Pero sí queremos fijarnos en su impresionante trayectoria. Con solo dos datos podemos hacernos una pequeña idea;
- 54 años componiendo sin pausa
- Última película a los 87 años.
Cuando nos abandona alguien capaz de trabajar tanto, manteniendo ese nivel artístico, es importante aprender algo de su valiosísima experiencia. Y por eso hemos buscado y seleccionado finalmente una cita que es una preciosa declaración de intenciones, digna de ser colgada y mirada cada día como guía para el trabajo cotidiano.

En 1997 la editorial Malpaso publicó «En busca de aquel sonido. Mi música, mi vida» .
Se trata de un libro de conversaciones que se puede considerar casi una autobiografía, en la que entre otras muchas cosas (son casi 555 páginas), nos da una auténtica lección de lo que como músicos deberíamos tener en cuenta: el equilibrio entre originalidad y oficio.
Aquí os dejamos con estas admirables palabras del propio Ennio Morricone:
El oficio es la experiencia que acumulamos y que nos impide cometer los errores del pasado, que nos hace ser más eficientes en nuestro trabajo con nosotros mismos y en la comunicación con quien después debe escucharnos. Nos guía hacia
lo que se juzga costumbre, que deriva y puede definir lo que
se convierte para el que escribe y para el que escucha en praxis o en norma en un determinado momento histórico o cultural.
Diría que viene a ser como «el camino seguro» y, en consecuencia, una acumulación conveniente. Ahora bien, el peligro que percibía era que podía acabar en
el hábito y en el convencionalismo.
Si se escribe solo como dicta la costumbre, uno se olvida de
investigar y de perseguir la originalidad. Se tiende a lo contrario, te repites, se va a lo seguro. Te dejas atrapar exclusivamente por el oficio, por la tradición, por la mecánica de la rutina,
por esa habilidad aprendida y ya aplicada de manera pasiva, te
repites y nada más.
En definitiva, diría que hacerse con un buen oficio es fundamental, pero siempre que te dejes el mismo espacio para la experimentación.
Morricone, Ennio. En busca de aquel sonido: Mi música, mi vida. (Ed. Malpaso, 2017)