20 años de su muerte.

El mundo de Hollywood es el mundo de los sueños. Es una de las últimas paradas en la conquista del oeste americano. Hasta 1857 no existía como ciudad, y no fue hasta 1911 que se instaló el primer estudio cinematográfico. Ningún sitio encarna mejor ese mito del «sueño americano». Incluso su lema ahonda en esa dirección: Fortunate People in a Fortunate Land
Desde su aparición, el cine moldea nuestras conciencias e incluso nuestra manera de ver el mundo. Y una de las personas que contribuyó desde dentro fue Miklós Rózsa, uno de tantos europeos que emigró a EEUU formando parte de esa nómina de profesionales y artistas de los que carecía Norteamérica aquel momento, cuando Europa era vista todavía como el referente cultural.
Con una gran formación como compositor, con evidentes deudas a sus compatriotas Kodály y Bartók, probó suerte en el cine sin saber que esa sería su destino final en la música, al igual que sucedió a muchos otros músicos clásicos.
Tanto Rózsa como Herrmann o Korngold, hubieran deseado pasar a la posteridad por sus trabajos en la sala de conciertos aunque sin duda lo han hecho principalmente por sus partituras para el cine.
Su punto de partida, el tardoromanticismo wagneriano, con su asignación de leitmotivs a cada personaje y situación junto a un uso exuberante de la orquesta.
BEN-HUR
Si hay una partitura que lo hizo famoso en todo el mundo, esa fue Ben-Hur. Y os ofrecemos una oportunidad de verlo en acción dirigiendo desde el pódium la suite compuesta para la película.
EL CID
En España, compuso la banda sonora de El Cid, una de las últimas grandes producciones hollywoodienses en la cual trabajó codo a codo con el historiador Menéndez Pidal, que le presentó las Cantigas a Sta María, obra medieval que el compositor desconocía y que con su afán insaciable de conocimiento consultó para impregnarse de su sonoridad.
SPELLBOUND (Recuerda)
Otro momento histórico, conocido y querido por todos los fans de las bandas sonoras fue la banda sonora realizada para Alfred Hitchcock.
En ella fue usado por primera vez el Theremin con fines dramáticos, mucho antes de que cayera en el cliché de la Ciencia-Ficción.
Destaca también la escena del sueño relatado por Gregory Peck a Ingrid Bergman (su psicoanalista) y diseñada por Dalí.
El tema principal de la película -uno de los más famosos de la historia del cine- fue desarrollado por el propio compositor en una versión de Concierto para Piano.
RÓZSA MAESTRO DE MAESTROS
Solo con la producción de sus bandas sonoras, Rózsa ya se habría ganado un sitio en la historia de la música para cine. Pero además, mientras daba forma a sus últimas obras, tuvo como asistentes a dos jóvenes promesas del gremio: John Williams y Jerry Goldsmith que durante las siguientes décadas guiarían la vuelta a lo sinfónico como sonido predominante en la industria fílmica.
Para aquellos con ganas de saber más del genial compositor, os recomendamos este documental, poco conocido, que ahonda un poco más en su personalidad y se detiene analizando El Cid y Ben-Hur.