Este documental nos acerca a los últimos momentos de Chavela Vargas, una de las grandes cantantes mexicanas del siglo XX. Su intensa vida con sus momentos de subida y bajada –que en algún momento será objeto de otro biopic más- no es retratada aquí, sino que la acción se centra en su último viaje a España para poner en marcha un ansiado proyecto.
Chavela siempre fue una persona encantada por la palabra, la poesía, la simbología, el folclore y todo lo que “oliera” a expresión popular del pueblo. De ahí que no sea difícil de entender su pasión por Federico García Lorca cuya producción poética presenta muchos de estos aspectos.
Así, acompañamos a Chavela por algunos de los lugares habitados por Lorca, incidiendo en la Residencia de Estudiantes de Madrid, institución donde en los años 20 vivió junto a Buñuel y Dalí. De hecho, la cantante solía alojarse en la misma habitación que albergaba al poeta durante sus estancias madrileñas.
De esa coincidencia sacaba ella parte de su inspiración para mantener conversaciones artísticas con sus poesías.
Y es que en la música de Chavela, las palabras guían el discurso. Por ello, a pesar de su avanzada edad y sus achaques, todavía se puede escuchar la fuerza de su arte.
Sobre todo en las imágenes del concierto final que realiza con las colaboraciones de Martirio y Miguel Poveda que resultan especialmente emotivas.
Hay artistas cuyo acceso a su interioridad es visible en su obra, y Chavela es una de ellas. No hay más que escuchar su indispensable La llorona.
Un ejemplo perfecto de que la música es sobre todo comunicación.
