Cómo organizar el estudio de la música

Aprender Música, el podcast oficial del Instituto Música Online. Capítulo 1

¿Quieres escucharnos? ¡Dale al play!

Aquí te dejamos el tema de la semana

En muchas ocasiones sucede que la persona que se inicia en el estudio de la música, ya sea de un instrumento, de teoría musical o de ambas cosas, no sabe cómo ponerse ni por dónde empezar.

Entonces, vamos a marcar los pasos a seguir para que tu estudio quede bien organizado y avance al ritmo que tú quieres:

1 – Objetivos

Lo primero de todo es marcar objetivos, qué queremos conseguir, qué queremos aprender y para qué, porque claro, no es lo mismo querer aprender a tocar por placer y sin prisa, que quererse preparar para las pruebas de acceso a un conservatorio o realizar un castin.

Dentro de este u otros objetivos, es posible que tengamos un tiempo límite, pues si resulta que nuestra finalidad es la realización de un examen o un castin, es muy probable que tengamos incluso una fecha concreta en la que presentarnos con todo aprendido.

Para que marcar un objetivo sea útil y organizable es importante que esté dividido en miniobjetivos, para ir consiguiendo cada uno de ellos y que la suma de todos den como resultado nuestro objetivo global.

Por ejemplo, si nos presentamos a las pruebas de acceso a un conservatorio, tendremos que realizar distintos exámenes:

  • Instrumento
    • Disfrutar, recordar por qué lo hacemos
    • Preparar el repertorio concreto
  • Teoría
  • Dictado
  • Lectura
  • (según nivel) Armonía, incluso contrapunto

Es necesario que tengamos un buen nivel de cada para que no se nos caiga ningún examen y se vea perjudicada nuestra nota global.

Por lo tanto, cada uno de estos exámenes sería un objetivo concreto a cumplir de forma individual, dentro de nuestro objetivo global: entrar en el conservatorio.

En el caso del castin puede pasarnos que no tengamos claro qué debemos trabajar. Si por ejemplo nos presentamos como cantante en un musical, tal vez nos hayan dicho “tienes que prepararte esta canción” y ya está.

Ok, aquí necesitamos una reflexión exhaustiva sobre nosotros mismos, nuestras capacidades, nuestras carencias.

Aunque solo nos hayan pedido una canción, puede que nos falten más cosas: interpretación, conocimiento del personaje al que optamos… y tal vez una investigación más global del género y de los cantantes que lo han interpretado con anterioridad, tanto en teatro como en el cine, así como conocer la obra general del autor y el género mismo.

Todo esto requiere de mucho tiempo y está claro que, si no nos organizamos bien podemos tener problemas… pero sí podemos llegar.

En el caso de querer aprender con la calma y de no tener ninguna fecha límite marcada, igualmente debemos marcar unos objetivos claros, justamente para que no se nos dilate el aprendizaje en el tiempo y acabemos por aburrirnos, cansarnos o, lo que sería peor, creándonos lagunas de aprendizaje al saltarnos el estudio de temas que nos gustan menos.

Por lo tanto, primero marcamos nuestros objetivos, qué queremos conseguir y, según el caso, de cuánto tiempo disponemos para alcanzarlos.

2 – Ayuda

Este punto es indispensable: probablemente necesitemos ayuda. Y me gustaría dividirla en dos tipos de ayuda:

  • Clases. Nos preguntamos: ¿Necesitamos profe? ¿repasar? ¿perfeccionar? ¿alguien que nos guíe en los contenidos a tratar? (personal, depende de cada caso)
    • Tiempo, dinero, disponibilidad, ¿presencial u online?
  • Entorno. Nuestra familia y nuestro trabajo. Que nos respeten las horas que nos hemos marcado como mínimas semanales para poder trabajar. Proteger nuestros espacios de estudio y práctica.

… y oye, que aunque no tengas ninguna fecha que cumplir, tanto los objetivos como la ayuda son esenciales para poderte organizar bien y conseguir tus propósitos, tanto musicales como vitales… aunque sabes tanto como yo que, en nuestro caso, los propósitos musicales y vitales suelen estar estrechamente ligados.

3 – Maneras de organizarse el estudio

  • Time blocking (bloquear horarios)
  • Por sesiones

A ver, en el fondo, todo consiste en bloquear un espacio de tiempo para dedicarlo solo a esto. La diferencia entre estas dos maneras está en la organización interna del tiempo.

El Time blocking consiste en agendarte todo el tiempo que te has bloqueado para estudiar hora por hora, como si fuera un horario de colegio… mates, lengua…

Pensar en sesiones consiste en tomar tu rato entero guardado para estudiar y usarlo con una rutina concreta, con una actividad que puede alargarse o que quieres dejar que fluya.

Son dos métodos distintos para trabajos distintos. El Time blocking puede estar muy bien para trabajos más mecánicos como por ejemplo lectura o dictado (fijar un rato solo para algo), o incluso predeterminar un rato a la semana para ver un musical y asegurarte de que en 15 semanas, has visto 15 musicales… esto es ideal para revisar géneros, autores…

  • Se me ocurre que podríamos «timebloquear» un momento de la semana para revisar la obra integral de Beethoven, aprovechando que este año se cumplen 250 años de su nacimiento.

Por otro lado, si necesitamos realizar una actividad más creativa y que requiere de más tiempo entre sentarte, calentar, concentrarte… como podría ser el caso de componer música, por ejemplo, o simplemente tocar.

Ambos sistemas de organizarse son compatibles y creo que en el caso del estudio de la música es importante mezclarlos. Por ejemplo,

  • Me bloqueo tres mañanas para estudiar música, de 9 a 14h. De buenas a primeras, está bien pensar que son 15 horas a las semana para estudiar, y solo por pensar eso ya nos podríamos relajar y acabar por no hacer nada.
    • Primero «timebloquearía» los descansos… sí, sí, tal vez en función de las actividades que queramos hacer, por supuesto, para que el descanso no entorpezca el estudio, pero sí es esencial parar para descansar, ya sea porque llevamos mucho rato trabajando de cabeza como porque llevamos mucho rato tocando. Esos descansos los programaría con alarmas fijas.

Evidentemente, si luego suena la alarma y estás muy metido en el estudio de algo, la paras y alargas para aprovechar tu inspiración, por supuesto… y también al revés; si resulta que no te estás concentrado, que te notas disperso… adelantas el descanso y te pones más tarde.

Y ya está, no pasa nada. Es importante que lo que hagas lo hagas bien, a gusto y concentrado.

  • Luego situaría en el horario las actividades concretas como hacer un dictado o una lectura… o el ejercicio que sea, pero una actividad cerrada. La colocas en un horario fijo y en ese rato, te obligas a hacerla.

Dentro de esas tres mañanas, podrías dedicar la primera hora a una de las actividades de Lenguaje Musical, por ejemplo: lunes de 9 a 10h dictados, miércoles de 9 a 10h lecturas y viernes de 9 a 10h teoría.

O también podría ser que cada día de 9 a 10h, independientemente de que dispongas de otros ratos para estudiar fijados, siempre hagas un dictado y una lectura, por ejemplo. Y así cada día, sin importar lo que has programado para hacer en las demás horas. De este modo, cada semana tendrías hechos 5 dictados y 5 lecturas, y al cabo de un mes 20 lecturas y 20 dictados… ¡eso contando solo de lunes a viernes!

Y si realizar una lectura y un dictado te lleva menos de una hora… ¡perfecto, ya has acabado! ¡A por lo siguiente!

  • Una vez ya te has programado actividades concretas en espacios concretos, te aseguras de que esto ya lo vas a hacer. ¿y la práctica del instrumento?
    • Eso ya depende de cómo tú funciones y de lo que tengas que preparar, pero aquí es donde yo me pondría con las sesiones y, dentro de las sesiones, buenas rutinas que te ayuden a llegar al pico de estudio, como si fuera una onda, una montaña.
      • Lo ideal sería calentar-pico de concentración-relajar.
    • Me parece esencial reservar la primera parte de la sesión al calentamiento, tanto técnico como desinhibidor, ya que por un lado necesitamos preparar el cuerpo pero por otro también la cabeza, la concentración y el ánimo. Tenemos que estar bien en todos los sentidos.

Por último, me gustaría darte un consejo: sé realista. Si no vas a poder aguantar 5 horas de estudio, ponte tres. O ponte 1 diaria. Eso da igual, lo importante es que lo que planees para ese rato realmente lo hagas.

Si tienes que prepararte para una fecha concreta y no estás acostumbrado a estudiar tanto rato seguido, añade horas de forma paulatina. Busca una hora fija  semanal para empezar, aunque parezca poco, y ves subiendo poco a poco.

  • Por ejemplo, empiezo con los lunes a las 17h de la tarde hasta las 18h.
    • La otra semana ya hago el lunes y el sábado.
    • Al otro sigo lunes y sábado, pero subo a hora y media.

…etc. Sé realista y exígete cada vez un poquito más, pero siempre tiempos con los que puedas comprometerte y cumplir.

Y no te fuerces si estás cansado. Estudiar cansado es una pérdida de tiempo. Es preferible que duermas o vayas a dar una vuelta a que te sientes, te fuerces a hacer algo y estés completamente desconcentrado, porque sentirás que estás perdiendo el tiempo.

Cuídate, sé realista y respeta tus tiempos y tus objetivos, ya que si tú empiezas por respetarte a ti, los demás respetarán tus objetivos y tus horarios de estudio.

Con trabajo, puedes conseguir lo que te propongas… y lo sabes.

Recuerda que puedes enviarnos tus preguntas a aprendermusica@institutomusicaonline.com o a través de nuestras redes sociales con @institutomusicaonline.

Muchísimas gracias por acompañarme, escucharme y proponerme temas, por vuestras valoraciones de 5 estrellas y vuestros comentarios, por enviarnos vuestras músicas y vuestras preguntas.

Mil gracias por estar aquí conmigo cada lunes a las 10h.

¡Que tengáis una feliz y musical semana!

También te pueden interesar estos podcasts:

Author: Maria Rosa

Músico y Técnico Especialista en Educación Infantil. Cantante, pianista, actriz, locutora. Directora Pedagógica del Instituto de Música Online.

Share This Post On

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 × 4 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.