
Sí. Ahora soy un fanático del triángulo. Me he cansado ya de tanto virtuoso del piano, del saxo, de la guitarra eléctrica, cantantes de con 3 octavas de rango…
Y he vuelto a los orígenes. A lo más sencillo. Ese instrumento que es capaz de tocar cualquier niño (que tenga orejas. Y manos. Y si tiene TDH mejor lo ponéis a hacer otra cosa, pobrecillo, ¿no?)
En resumen. Que llevo tres horas disfrutando en YouTube de los mejores triangulistas mundiales. Pensadlo bien.
Son personas que se han dedicado en cuerpo y alma a hacer algo que nadie les ha pedido, que la humanidad no necesitaba y que en caso de distopía colapsista serían los primeros sacrificados para conseguir alimento humano.
Los primeros que te encuentras son profesionales…pero aburridillos. Podéis darle al play y quedaros 15 segundos. En confianza. Es suficiente. Su familia no habrá visto más de eso así que vosotros…
Después la cosa mejora con otro triangulista que domina de lo lindo. Este lo podéis dejar 45 seg. Pero solo si lo aguantáis. Si comienzan los sudores fríos dadle al siguiente, no vayáis a enfermar por ver un vídeo entero.
Y entonces la cosa se anima cuando aparece una mujer que parece María José, mi prima de Cádiz vestida de la publicidad de Tío Pepe. Pero no. Resulta que es Maria José de Okinawa (qué casualidad que se llame igual, ¿no?) que se viste así porque debe ser el típico cosplay japonés cuando se toca el triángulo.
Y a disfrutarlo en silencio sin chanzas. No me seáis supremacistas culturales.
Y para el final, lo mejor de todo. Pasamos de un triángulo a cuatro. Creo que el nombre técnico es Triangulkkake. Pero puede que no. Puede que me lo acabe de inventar. No lo sé.
¡Cuántos instrumentos infravalorados! ¡Y qué poco se quejan sus fatigados ejecutantes!
No descarto rescatar algún otro. ¿Castañuelas? ¿maracas? ¿contrafagot?
Hay todo un mundo ahí fuera. Prometo volver.