
Y por fin llegó el momento de ver un documental sobre el heavy metal realizado desde dentro. Porque el director y presentador-guía del documental es un fan del género desde la adolescencia. Y eso, evidentemente, se transmite en el cuidado con el que está realizado y en el respeto hacia todas las bandas y aficionados.
Después de todo, los fans del metal han sido uno de los sectores más ridiculizados y menos tomados en serio dentro de los melómanos.
Así, que ya tenemos un documental serio al respecto. También puede que tenga que ver en ello el hecho de que Sam Dunn sea también antropólogo, aspecto que ayuda en el intento de ver el fenómeno desde dentro y fuera. Aunque por momentos le pueda la emoción (como cuando conoce a su gran ídolo, Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden).
Durante una hora y media podemos escuchar a algunos de los miembros de los grupos más famosos de metal (Alice Cooper, Lenny de Motorhead, Tom Araya de Slayer, Dee Snider de Twisted Sister por nombrar algunos) mientras nuestro protagonista viaja a diferentes países y al festival por excelencia, el Wacken. Es interesante, que también aparezcan grupos de Black y Death Metal, estilos extremos que muchas veces se dejan de lado.
Analiza también la mentalidad outsider presente en la mayoría de seguidores del metal así como una serie de comportamientos y vestimentas que se han convertido con el tiempo en costumbres prefijadas.
Este estilo dejó de estar en primera línea hace mucho (en los 80, los discos de las bandas glam llegaron a ser lo más vendido durante unos pocos años), pero ha quedado una escena potente, con su propio circuito de salas y festivales, que no busca nuevos mercados sino satisfacer a cada nuevo fan llegado, que, a pesar de no ser muy numerosos, sí muestran una fidelidad que para sí quisieran grupos de otras músicas.
La parte más interesante surge al hablar de la relación entre el metal extremos y la religión y el satanismo. No os desvelaremos lo relatado, pero os recomendamos vivamente esa parte.
Sin duda, el documental hará las delicias de los fans metaleros. Pero también puede ser disfrutado por los ajenos al metal si se acercan a él con una mentalidad abierta.