Cuando hablamos de voice leading, nos estamos refiriendo, principalmente, a la conducción, al movimiento de cada una de las voces que compondrán un acorde en este caso.
Por convención general, la práctica común del voice leading está enfocada en la independencia y el movimiento gradual de cada una de las voces (voice=voz, leading=conducción).
Para lograr una buena conducción de voces, estas debiesen moverse por grados conjuntos y mantener, en lo posible, la o las notas comunes entre los acordes (si es que las hay) y evitar los grandes saltos melódicos. Así mismo, debiésemos compensar los saltos con movimiento en la dirección contraria (idealmente, privilegiando los movimientos contrarios entre las voces para generar curvas melódicas independientes) y por supuesto, evitar el movimiento de quintas paralelas y octavas.
No olvidemos que el concepto del voice leading, se extrae fundamentalmente desde el contrapunto, donde la armonía es más bien una consecuencia de la coincidencia de las voces en un momento determinado; las voces que componen la armonía en un tejido contrapuntístico, se consideran melodías independientes (aunque sus curvas melódicas están íntimamente relacionadas).
En general, en la música popular, el acorde es más utilizado como un bloque vertical que acompaña o refuerza una melodía principal.
PRÁCTICA
Intentaremos entonces, integrar estos conceptos (desde el bloque vertical del acorde), apuntando hacia un movimiento más orgánico de las voces, utilizando las premisas que hemos mencionado sobre el voice leading, en un principio, realizando los saltos melódicos principalmente cuando me encuentre dentro de una misma tonalidad y/o acorde y en las resoluciones, buscando los movimientos más cercanos y notas comunes.
Para ello utilizaré la progresión del standard de jazz, Darn that Dream.
Acá van algunas ideas para la parte A.
Para la parte B, por ejemplo, podemos centrarnos más en el movimiento de la segunda voz.
