
Esta película coincidió con la llegada del nuevo milenio, pero en realidad es un proyecto que tuvo en la recámara Disney durante décadas y que estuvo a punto de llevarse a cabo en varios momentos sin fructificar hasta que por fin, se encontró la excusa perfecta con el cambio de siglo. (Todas las peripecias hasta realizar la segunda parte, podéis verlas en los extras del DVD)
La película original de 1940, contó con la dirección musical de Leopold Stokowski, que era una figura muy conocida en los EEUU de entonces, en la época anterior a las estrellas del rock y del pop. Para esta secuela, contaron con James Levine que realiza un buen trabajo aunque sin alcanzar, quizá, la intervención carismática del director británico.
La comparación llega con los nuevos números musicales. Y es difícil competir con la cinta original que ha dispuesto de 60 años para crear muchas imágenes icónicas. De hecho, se recupera para este proyecto, la animación más recordada, la escena de Mickey con las escobas, el mago, el agua y la música de El aprendiz de brujo de Paul Dukas.
En las nuevas creaciones, se ha intentado una mayor variedad tanto de músicas como de enfoques visuales. Así, la escena de Respighi con las ballenas, el número cómico del Carnaval de los animales de Saint-Saëns o el Pájaro de fuego con música de Stravinsky funcionan de maravilla.
Aunque si hubiéramos de elegir tan solo uno de los número, sería Rhapsody in Blue de George Gershwin, con una fantástica animación de Al Hirschfeld que sincroniza fabulosamente imagen y sonido ejemplo de mickeymousing contemporáneo que no desmerece en nada a los de época clásica.
Una delicia para todas las edades.