Autobiografía del músico Ryuichi Sakamoto conocido principalmente por su participación en la YMO -Yellow Magic Orchestra- así como por sus bandas sonoras compuestas para directores como Bernardo Bertolucci, Oliver Stone, Pedro Almodóvar o Nagisa Oshima.
El pianista y compositor japonés desgrana su vida en un estilo directo, sin ningún tipo de ornamentación ni momentos mágicos de revelación personal -tardó años en aceptar que sería músico-, con una lucidez y falta de autobombo, que son muy de agradecer.
Se trata de un músico que difícilmente puede adscribirse a ninguna corriente artística concreta y que puede quizá definirse por un eclecticismo que le lleva desde los sonidos más clásicos a la inclusión constante de la electrónica. No hay que olvidar que la YMO fue una banda clave en la difusión de los sonidos electrónicos en la generación posterior a Kraftwerk o Can.
Su actitud es totalmente opuesta a la predestinación así que cada paso en su trayectoria es resultado de las situaciones que se ha ido encontrando. Tanto la entrada en el en YMO, sus participaciones cinematográficas o la creación de una discográfica propia -Commmons- son producto de decisiones sobre la marcha más que de calmadas reflexiones.
Su única constante es quizá su parte menos conocida, los discos en solitario que ha ido editando de manera continua con éxito relativo.
La autobiografía es anterior a dos hechos que han marcado la vida de Sakamoto desde entonces: el cáncer que le fue diagnosticado en 2014 y el desastre de Fukushima hizo que derivara en el activismo.
Sakamoto es siempre una voz directa y sincera, que merece ser escuchada.
