Documental sobre los Rolling Stones realizado en 1970, cuando se encuentran en uno de los momentos de mayor éxito de la historia.
Se muestra una actuación en el Madison Square Garden y diversas imágenes -yuxtapuestas con poco sentido en muchos casos- hasta que se llega al meollo de la cinta, que se trata de la actuación que la banda británica realizó en el Festival de Altamont, celebrado tras los mastodónticos conciertos de los años precedentes -Monterey, Woodstock o Isla de Wight- y que pretendía ser una continuación de aquellos, explotando el momento álgido del rock como música juvenil de éxito. Podemos ver en acción a Ike & Tina Turner o Flying Burrito Brothers.
Aunque el concierto se hizo tristemente famoso por la muerte de un fan mientras los Stones realizaban su actuación, que se vio salpicada de múltiples incidentes.
Ciertamente, el documental es valioso para poder ver por dentro cómo eran aquellos festivales en los cuales si no llegaron a pasar mayores desastres, fue casi por pura casualidad. Evidentemente las drogas formaban parte del movimiento y estética del momento, se trataba de actividades contraculturales por lo cual la implicación de organismos oficiales era mínima, hasta el punto de que la seguridad del evento corría a cargo de Los ángeles del infierno, la banda motera que gozaba de una reputación cuando menos dudosa.
La realización prescinde de cualquier tipo de narración pues la corriente del momento tan solo pretendía documentar sin guiar.
El contrapunto a las imágenes documentales -quizá para tratar de justificar la difícil posición de los Stones tras el suceso- viene por la inclusión de las reacciones de los miembros del grupo tras el visionado del metraje.
Es un documento interesante para comprender como era el mundo del rock y del espectáculo de masas a comienzos de los setenta.
