Control, de Anton Corbijn (2007)

Ian Curtis es una de esas figuras míticas de la historia del pop. Su temprano suicidio en 1980 cortó en seco la trayectoria de una de las bandas más prometedoras de esa década -Joy Division- que aún así consiguió que su legado fuera enormemente influyente en la música británica posterior.

Al mando de este biopic nos encontramos a Anton Corbijn, viejo conocido del mundo del rock, famoso por los retratos de estrellas de la música como Kurt Cobain, Mick Jagger, Bono o Miles Davis entre otros muchos, y que realizó influyentes videoclips en la década de los 90 destacando Personal Jesus de Depeche Mode o Heart-Shaped Box de Nirvana.

Y con estas premisas, disfrutamos de una narración cronológica con un componente estético muy claro basado en la fotografía en blanco y negro habitual de Corbijn. A eso hay que añadir un ritmo pausado que se recrea en los gestos y rostros de los protagonistas muy bien encarnados por Sam Riley en el papel de Ian Curtis y por Samantha Morton como su mujer, Deborah Curtis, quien participó en el asesoramiento de la película.

La película se centra en mostrar lo difícil que fue para Curtis comunicarse con su entorno familiar, con sus amigos, con los compañeros del grupo o con su pareja. A eso se unió la dificultad para sobrellevar la epilepsia. Tan solo podemos echar de menos un poco más de énfasis en la inquietud musical, pues lo musical se despacha realizando «pequeños videoclips».

Siendo un trabajo interesante, resultará fascinante sobre todo para los fans de Joy Division.

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Author: Jorge de la Torre Sanz

Director del Instituto de Música Online. Pianista, Compositor y Director Musical.

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