Friedrich Gulda. So What?

Si tenemos en cuenta que Friedrich Gulda fue un músico que hizo carrera tanto en la música clásica como en la moderna (principalmente en el jazz), podríamos pensar que el “So what” que hay en el título de arriba se refiere a una versión hecha por Gulda del tema que Miles Davis grabó en su celebérrimo “Kind of blue”, pero no es así. En realidad este es el título de un documental centrado en la vida de Gulda, que he robado a los realizadores por la sencilla razón de que me parece insuperable. So what? (¿Y qué?) es una interrogación que resume de manera tan perfecta y concisa la filosofía de vida de Friedrich Gulda que he decidido simplemente apropiármelo, haciendo las aclaraciones pertinentes.

Y vosotros pensaréis: ¿Pero qué hizo este hombre para ganarse un lema así? Madre mía… Pues tal vez acabaríamos antes si os dijera lo que NO hizo, pero haré el esfuerzo de describiros un poco su figura. Probablemente, el final de su vida sea el mejor momento para explicaros su manera de actuar. O mejor dicho los finales de su vida, porque en 1999 envió una noticia falsa anunciando su propia muerte, que causó una gran conmoción en el mundo de la música. Mantuvo el fraude unos días, hasta que volvió a aparecer en escena anunciando un par de conciertos llamados “Fiesta de resurrección” ¿Su razonamiento para hacer esto? “Para ser alguien en Austria tienes que estar muerto, así que pensé: Vale, les daré lo que quieren”.

Pues bien, este era Friedrich Gulda. Un señor vienés nacido en 1930 que inició su carrera en el mundo de la música clásica, aunque como ya nos pasó con Dave Brubeck, podríamos llamarlo sencillamente “Músico”, sin adjetivos que lo encasillen. Su carrera temprana estuvo marcada por el recorrido conservador habitual en los pianistas clásicos de la época: una formación a base de los grandes compositores que todos conocemos, la entrada en el circuito de concursos, un recital en el Carneggie Hall de Nueva York como demostración de prestigio… Una fracción de este conservadurismo se mantuvo durante toda su carrera, ya que cuando se trataba de tocar o grabar música de otros compositores tenía gustos bastante familiares: Bach, Beethoven, Debussy, Chopin, Ravel… Y su querido Mozart, al que adoró toda su vida. Todo lo que tenían de convencionales sus selecciones de música ajena, lo tenían de experimental los proyectos en los que él componía, y precisamente aquí es donde tenemos que dejar de hablar del pianista clásico para meternos en el músico excéntrico y radical.

Además de su brillante recorrido en la clásica, Gulda hizo carrera en el jazz, género que escuchó a escondidas durante el nazismo y en el que se metió de lleno tras su paso por Estados Unidos en los años 50. A partir de ese momento, la carrera de Gulda se convirtió para siempre en una búsqueda incansable de nueva música y cómo mezclarla con lo ya conocido. En sus recitales podemos encontrar a los grandes maestros europeos, junto con composiciones suyas o famosos temas de jazz y otros géneros modernos. Dichas composiciones propias fueron siempre un alarde de eclecticismo y musicalidad.
En esta investigación os quiero enseñar algunas de las aportaciones que Friedrich Gulda hizo al mundo de la composición, que siempre son de gran interés y creatividad y con las que os llevaréis más de una sorpresa:

Aria: Esta pieza ya hizo una aparición en otro artículo en el que os hablaba de su versión para piano solo, y de cómo tenía el potencial de convertirse en un standard de concierto. Pues bien, originalmente, el Aria no era una composición para piano solo, sino que formaba parte de una suite de cámara para batería, teclado eléctrico y piano, una instrumentación que hace resaltar más las influencias de las óperas italianas que abrazó Gulda para esta composición. 

Fur Rico: Una pieza realmente bizarra, en el sentido de que es como escuchar a la vez tres o cuatro períodos de la historia musical. Lo que empieza como una pieza de inspiración barroca acaba derivando en un groove que parece sacado de algún álbum de Motown, con una improvisación jazzera por en medio. Tal vez el instrumento en el que Gulda decidió para interpretar esto añada a lo bizarro, ya que escogió tocar su composición en un clavicordio, un pariente del clavecín e instrumento muy popular antes de la llegada del piano, que como ya sabemos es el mejor instrumento del mundo y sus intérpretes los más guapos y gallardos.

Suite Orquestal nº3 (Aria): En este caso no os presento una composición sino un arreglo. Se trata de la famosa Aria de la tercera suite orquestal de Bach, todo un hit arreglado aquí por el propio Gulda, que unido a su extraordinaria interpretación se convierte en una de las mejores versiones de esta pieza que podréis escuchar. No solo es una interpretación bella, sino también un contexto bello: en el escenario podemos ver a otros dos grandes pianistas, Chick Corea y Nicolás Economou, de diferentes trayectorias embobados con lo que está tocando Gulda. O lo que es lo mismo: músicos disfrutando de música ¡Ojalá lo viéramos más a menudo!

Concierto Cello: Una de sus composiciones más icónicas, en la que de nuevo logró encontrar un buen equilibrio entre los idiomas de géneros muy dispares, ya no solo el jazz y la clásica. De este modo podemos encontrar un tema blues en el primer movimiento, un lenguaje germánico al estilo de Beethoven o Brahms en el segundo, un minueto barroco en el cuarto… Y ya para el quinto, Gulda se deja llevar por su lado más fiestero y tradicional, regalándonos un final al estilo de las bandas que se pueden encontrar en las tavernas alemanas, que estos intérpretes han sabido escenificar con mucha gracia. A pesar de las reticencias iniciales mostradas por Heinrich Schiff, el cellista que estrenó el concierto, la obra se convirtió en un éxito inmediato, y el propio Schiff acabó incorporándola a su repertorio favorito.

Play piano play: Una serie de ejercicios que busca romper con los formalismos de la música escrita, introduciendo en formas clásicas elementos más asociados con el jazz, como el swing, los desplazamientos rítmicos o la improvisación sobre pequeñas estructuras. No os dejéis engañar por el nombre “Ejercicios”, porque Play piano play es una suite de una calidad musical excelente y muy curiosa que se podría programar fácilmente en cualquier auditorio.

Variaciones sobre Light my fire: La clásica forma del tema con variaciones, modernizado bajo las manos de Gulda. En este caso, el tema sobre el que se desarrollarán las variaciones es “Light my fire”, de The Doors. Como suele ser habitual en él, Gulda tocó varias versiones en concierto, y esta es la original, en la que se puede apreciar mejor los elementos clásicos y modernos con los que juega variación tras variación.

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Author: Rafa Roca

Barcelona, 1.996. Titulado superior de piano clásico en el Conservatorio del Liceo. Siento un hambre voraz por todo tipo de música, que me ha llevado a realizar proyectos en varios ámbitos tanto de la música clásica como de la moderna, entre los que se incluyen varios recitales de piano solo, actividad docente, una actuación en el Salón del Manga, la creación del grupo Porbou o incluso un pequeño dúo con Chick Corea. Tengo un especial cariño a la música desconocida o infravalorada, que siempre intento dar a conocer ya sea programándola en mis conciertos, haciendo difusión en mis clases o con los artículos que podéis leer en este blog.

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