En defensa de Czerny: Respuesta al Doctor Terwiliker

Este mes vengo para enfrentarme al Doctor Terwiliker , ese viejo amargado de puntiaguda nariz, aliento fétido y verrugas en las verrugas; que tiene más en común con los avaros de Dickens que con cualquier buen amante de la música. Este artículo tiene la intención de llevarle la contraria a una desafortunada observación que hizo sobre la figura de Carl Czerny, en la que le tachaba de fraude y que pretendo rebatir, porque ya es hora de que alguien le pare los pies a esta abominación de la naturaleza.

Hasta ahora no le he contado esto a nadie, pero vuestro divulgador favorito, el gran Sherlock Notes, fue discípulo del Doctor Terwiliker, una época de la que salí vivo pero no ileso (algo que irónicamente dice el Doctor sobre los que estudiaron y admiran a Czerny) y en la que tuve una formación inversa, consistente en observar todo lo que dice y hace el profesor para hacer exactamente lo contrario. Por lo tanto, en vez de recurrir a la bilis, voy a apelar a la concordia y al corpus musical del gran Czerny para explicaros por qué creo que el Doctor no dio una imagen realista de este compositor, situándolo entre auténticos terroristas como Yanni o Richard Clayderman.

Carl Czerny es una figura que se sitúa entre dos nombres titánicos del mundo musical: Beethoven, del que fue discípulo; y Liszt, del que fue profesor. Combinó de manera muy prolífica la composición, pedagogía y la interpretación, aunque decidió dejar esta última disciplina siendo joven, para centrarse definitivamente en las dos primeras. Como profesor adquirió una fama enorme, siendo muy disputado entre los aspirantes a pianista, y como compositor sabemos que tuvo una obra enorme, aunque el desorden con el que catalogaba sus composiciones ha hecho que una parte de su música se halle perdida, y la fama de compositor técnico que ha llegado hasta nuestros días ahuyenta a los músicos que podrían dar voz al legado que sí hemos podido conservar, aunque en los últimos años parecen haber aumentado las grabaciones de su obra. Además, las obras comerciales que compuso pensando en el público fueron severamente criticadas (tal vez con motivo) especialmente por Robert Schumann, que publicó reseñas muy duras de estas composiciones.
Eso, unido a la enorme cantidad de obras en su haber, hizo que las composiciones que él mismo denominaba “Música seria” pasaran desapercibidas incluso para sus personas de confianza.

Czerny llevó a cabo un estudio inmenso de la técnica pianística, y no es capricho del destino que sigamos usando sus composiciones para formar a pianistas.
Sus innumerables estudios son ahora parte del canon pedagógico contemporáneo, y el hecho de que sean numerosos permite atacar carencias técnicas muy concretas ofreciendo variedad para que el profesor escoja lo que considere adecuado.

Si algo puedo concederle al Dr. Terwiliker es que, según en qué ambientes, puede haber un uso excesivo de los métodos de Czerny para hacer crecer a los pianistas novatos, haciendo que la estética de su música se torne repetitiva ¿Pero realmente es eso culpa suya? ¿No será que algunos profesores tienen una mentalidad de burócrata a la hora de decidir un programa para un alumno? Escogidos con buen criterio, los estudios de Czerny pueden ser un divertimento en un estilo clásico  que permite al alumno trabajar detalles muy concretos de su técnica de manera desenfadada, del mismo modo que una dosis bien medida del Mikrokosmos de Bela Bartok puede ser una manera de que los pianistas primerizos descubran sonoridades y técnicas diferentes de las que estén acostumbrados.

De todos modos, no estoy aquí para limitarme a defender su parte pedagógica, que ya goza de buena salud y fama, sino para reivindicar al compositor de manera íntegra, de modo que aquí os presento algunas de sus piezas de concierto con la ilusión de que Czerny deje de ser visto como un compositor exclusivamente académico:

Estudio Op.740 nº50: El conjunto de 50 estudios llamado “El arte de dar soltura a los dedos”, también conocido como “El arte de dar tortura a los dedos” por los estudiantes que se enfrentan a alguna de estas piezas, es una herramienta muy recurrente en los conservatorios superiores puesto que hacen trabajar aspectos técnicos con muchísima profundidad. Dentro de esta obra hay varios estudios muy conseguidos a nivel musical, pero este último es un tour de force que, en el mejor estilo chopiniano, aúna un entrenamiento técnico exigente junto con una musicalidad excepcional.

Preludio y fuga C# m: Las fugas tienen un lugar especial en la obra de Czerny. Su formación infantil junto a su padre giró en torno a “El clave bien temperado” de Bach, y Beethoven (gran admirador del músico barroco) le pidió que tocara una de estas piezas en la primera clase que hicieron juntos. Como resultado, Czerny pasó toda su vida obsesionado con este género, en el cual compuso innumerables obras (tanto de concierto como pedagógicas) y que intentó revitalizar una y otra vez a medida que la música iba evolucionando. Su opus 857, llamada “El pianista en el estilo clásico”, consiste en 24 preludios y fugas que combinan las técnicas antiguas con los sonidos nuevos de la época en que fueron compuestos. Este fue el último intento por parte de Czerny de renovar el género y está dedicado a Liszt.

Cuarteto de cuerdas en Re Mayor: El hecho de que Czerny compusiera mucho para piano no debe hacernos perder de vista que también trabajó mucho alejado de su instrumento. De hecho, tal vez sus cuartetos de cuerda sean el conjunto de obras más consistente de todos los que compuso. Un ejemplo que me gusta mucho es este último movimiento de su Cuarteto en Re mayor, que respira alegría por los cuatro costados. 

Sonata para piano nº1 (2º mov): Un favorito de Liszt, que incluyó este movimiento de sonata en su repertorio habitual y que gustó mucho a sus seguidores. Czerny compuso 11 sonatas para piano, y no son ninguna broma. En estas obras nos podemos encontrar todo tipo de técnicas, haciendo que la interpretación de cualquiera de ellas sea un auténtico reto.

Capriccio a la fuga: Una de mis piezas de referencia cuando le quiero demostrar a alguien la artesanía que podemos llegar a encontrar en la obra de Czerny si buscamos más allá de lo que está en la superficie. Cuando hablé sobre Beethoven dije que su “Rondo a Capriccio” era como un pequeño resumen de toda su técnica pianística. En esta fuga también podemos encontrar un poco de eso pero con recursos compositivos. Décadas de estudio de las fugas hicieron que Czerny acabara siendo una enciclopedia andante sobre el género, algo que pudo demostrar en piezas como esta, donde exprimió al máximo todos los recursos habidos y por haber para hacer una obra virtuosa y expresiva.

Nocturno op.604 nº3: Con los nocturnos podemos ver de nuevo la curiosa relación de Czerny con según qué tipos de música, además de ser las piezas que nos descubren a un Czerny lo más alejado posible de la imagen que tenemos de él. Al igual que con las fugas, Czerny hizo varias incursiones a lo largo de su carrera en el mundo de los nocturnos, también con la intención de probar recursos nuevos con cada tanda. Los que más destacan son los incluidos en los opus 368 y 604, que son dos grupos de 8 nocturnos cada uno. Los 8 primeros son de un estilo más cercano al original que concibió John Field, mientras que los 8 siguientes son piezas de un estilo más maduro y libre, en el que escuchamos cosas que distan mucho de ese Czerny tan clásico que nos encontramos en los libros para niños.

Sonata para piano nº4 (3º mov): Otro ejemplo de sus sonatas es este Scherzo perteneciente a la cuarta, en el  que podemos observar claras influencias de su estudio con Beethoven. Esta también es una de las obras que recomiendo para redescubrir a Czerny.

Sinfonía  nº6 (4º mov): Para acabar, el brillante final de su última sinfonía, que al ser una obra ya de madurez nos muestra  la fuerza con la que seguía componiendo Czerny y la capacidad que tenía para mantener la energía de la música en obras de larga duración.


Como hemos podido comprobar, al hombre no le faltaba musicalidad. La fama que tiene actualmente se debe a una mala suerte que ha combinado su desorden personal, la falta de grabaciones de sus obras de concierto y el uso excesivo de sus innumerables estudios; que probablemente haya contribuido al problema anterior pero que parece estar solucionándose gracias al cada día mayor número de músicos que deciden dedicar su tiempo a la recuperación de sus composiciones.
Espero que este acercamiento a su música haya cambiado un poco vuestra percepción de Czerny, y que el cariño por la buena música haya pesado más que la demagogia facilona del Dr. Terwiliker, al que voy a dejar de nombrar ya mismo, vaya a ser que se le hinchen los pulmones y me escriba una réplica…

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Author: Rafa Roca

Barcelona, 1.996. Titulado superior de piano clásico en el Conservatorio del Liceo. Siento un hambre voraz por todo tipo de música, que me ha llevado a realizar proyectos en varios ámbitos tanto de la música clásica como de la moderna, entre los que se incluyen varios recitales de piano solo, actividad docente, una actuación en el Salón del Manga, la creación del grupo Porbou o incluso un pequeño dúo con Chick Corea. Tengo un especial cariño a la música desconocida o infravalorada, que siempre intento dar a conocer ya sea programándola en mis conciertos, haciendo difusión en mis clases o con los artículos que podéis leer en este blog.

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