
Película dirigida por Danny Boyle, autor entre otras de Trainspotting o Slumdog Millionaire, lo cual genera, como mínimo, unas ciertas expectativas antes de comenzar. Si a ello sumamos la premisa inicial que nos presenta la historia, el resultado es que a los veinte minutos de película estamos realmente sorprendidos e interesados por saber cómo acabará todo.
El protagonista es un cantautor que lleva años intentando salir adelante con sus canciones sin conseguirlo a pesar de la ayuda de su manager con la cual mantiene una relación especial a medio camino entre la amistad y el amor.
Una noche, después de un concierto -aciago como todos los suyos- sufre un accidente al suceder un apagón general de unos 10 segundos que lo llevará a un hospital. Tras recuperarse, descubrirá que él es la única persona en el mundo que conoce a The Beatles; es como si nunca hubieran existido y solo él recuerda todas sus canciones.
Entonces, aprovecha la circunstancia para hacerse famoso presentando las canciones del cuarteto de Liverpool como si fuesen suyas.
Hasta aquí podemos presentar la trama, que se irá enrevesando pero en la que sí podemos avanzaros que aparece Ed Sheeran haciendo de…Ed Sheeran.
El tono general de la película es de comedia blanca, sin malicia, tan habitual en los realizadores británicos y que recuerda a Billy Elliot, o las películas musicales de John Carney.
Decidir si llega al nivel de aquellas, es cosa vuestra.