
El suyo es uno de esos nombres habituales en las producciones de Hollywood desde hace 30 años, y si tuviéramos que elegir el momento que supuso el descubrimiento para el gran público, nos decantaríamos por El silencio de los corderos, la película de la que sin duda más se habló en 1991 y para la cual realizó la banda sonora.
Su perfil es heterogéneo, con una base fuerte de estudios musicales, estancia en diversas bandas, director musical en el Saturday Night Live… hasta que encontró en David Cronenberg un aliado al cual acompañaría desde entonces en casi todas sus películas.
Si hay una película de Cronenberg cuyo estreno se vio envuelto en polémica por la temática y el tratamiento del director de una historia…diferente, esa fue Crash, de la que os invito a escuchar el primer track que avanza el estado de nervios que produce el visionado de esta conmocionante historia.
Pero como hemos dicho, fueron sus composiciones para la historia de Anibal Lecter, con Anthony Hopkins y Jodie Foster llevada a la pantalla por Jonathan Demme, las que lo convirtieron en uno de los músicos para imagen más codiciados.
Los thrillers anteriores a este no sonaban siempre así, pero a partir de este sí se convirtió en un lugar común para compositores coetáneos y posteriores como Newton Howard o Desplat.
Y esta no es la única película mítica de los 90 en la que participó. También podemos escucharle en grandes éxitos como Philadelphia, Ed Wood o Alta fidelidad, pero si tenemos que elegir otra película representativa de esta época sería sin duda el clásico de David Fincher que redifinió las reglas de las películas de asesinos en serie con una estética opresiva, asfixiante, fruto de un guión maravilloso, una estupenda ambientación, grandes interpretaciones…y una música que le va como anillo al dedo, y si no, escuchad esta suite de la música de la película y notaréis como la inquietud se os infiltra hasta el último poro de vuestra piel.
Después vendría su asociación tardía con Martin Scorsese al que acompañó en Gangs of New York, El aviador, Hugo o El lobo de Wall Street. Y su olfato o don del oportunismo continuó la participación en películas importantes de estas últimas décadas como La duda o Spotlight.
Pero como este pequeño artículo solo pretende ser un acercamiento a algunas de sus bandas sonoras, no podemos incluirlas todas.
Y la que indiscutiblemente no puede faltar, es su aportación a la saga de El señor de los anillos, creando las melodías que para miles de frikifans son tan sagradas como las películas. Os dejamos con algunos de los temas icónicos de las películas.