All Things Must Pass. Recordando a George Harrison

Se cumplen 20 años de la muerte de George Harrison. El Beatle discreto, el favorito de los callados. De enorme sensibilidad y siempre inquieto, fue el socarrón inteligente sin ser payaso, el guasón educado que no caía ni en la provocación ni en el comercialismo, el pacifista con intereses espirituales, humanitarios y musicales de verdadera trascendencia.

Como Ringo dijo una vez, es muy difícil destacar cuando tus compañeros de grupo son John Lennon y Paul McCartney. Sin embargo, se puede aducir sin miedo a meter mucho la pata que el sostén musical, armónico, compositivo y desde luego de amistad, sentido del humor y compañerismo de George Harrison también fue crucial para la discografía de una de las bandas de rock más influyentes de todos los tiempos.   

Hoy le recordaremos a través de una muy pequeña selección de sus mejores canciones. Algunas presentes por derecho propio en el olimpo de temas inolvidables de los Beatles, alguna joya menos conocida, y perlas de su carrera en solitario, ejemplos magníficos de la vastedad de intereses y caminos creativos que tomó, desde el folk hasta la música de raíz hindú, que tendría un peso enorme en su música.

1963. Don’t Bother Me, dentro de “With the Beatles”, fue el primer tema con crédito compositivo de Harrison. El tono ligeramente huraño de la canción, junto con una letra un poco triste, no eran comunes para las canciones de los Beatles por aquel entonces —John y Paul cantaban de amores y desamores, fiestas y bailes, seducciones y decepciones de una forma más festiva, juvenil y expansiva—, pero sí serían marca de la casa para George.

1965. Dentro de la grandiosidad que es “Rubber Soul” (junto con “Revolver”, posiblemente el disco más perfecto de los Beatles, donde su crecimiento como músicos y compositores mana a borbotones en cada segundo, cada verso, cada acorde), George Harrison firmaba la estupenda If I Needed Someone, vaticinando cómo sería el estilo de los discos psicodélicos que iban a proliferar en los años posteriores, y empezando a dejar entrever su interés por la música hindú, además de mostrar su inspiración en el sonido de los Byrds y el estilo de Bob Dylan, al que admiraban:   

1967. Durante la grabación de “Revolver”, Harrison se personó con Love You To, un tema con una presencia clara de armonía e instrumentación de inspiración hindú, lo cual suponía una apertura del pop mundialmente famoso a sonidos de una sofisticación inusitada. Cuando publicaron Sgt. Peppers’ Lonely Hearts Club Band, uno de sus discos más aclamados y conocidos, George seguía Harrison seguía explorando esos sonidos e ideas, basadas en preguntas y búsquedas espirituales y utilizando armonías repetitivas y trascendentales en Within You Without You.

1968. El disco blanco de los Beatles (de nombre oficial, simplemente, “The Beatles”) contiene varias canciones de Harrison. Algunas, como Piggie o Savoy Truffle, son más ligeras, incluso graciosas, pero también tenemos While My Guitar Gently Weeps, una de las mejores canciones de los Beatles, una canción preciosa, triste e inspirada, con un título heroicamente poético y hermoso. Y también tenemos Long, Long, Long, una suave ensoñación psicodélica que, según muchos críticos, está a la par con los mejores temas del mismo álbum, firmados por Lennon/McCartney. En esta época, Harrison había estado pasando largas temporadas en la India, estudiando sitar y practicando la meditación trascendental. Pero en temas como While My Guitar o esta Long, Long, Long, regresó a las seis cuerdas.

1969. “Abbey Road”, un disco con irregularidades que muestra el momento dolorosamente rugoso por el que pasaba el grupo, contiene auténticos tesoros, varios de ellos escritos por Harrison. Frank Sinatra describió este tema como «la canción de amor más hermosa que se ha escrito en los últimos 50 años». Lo podemos seguir dando por bueno. Cierra los ojos y permítete soñar un poco.

1970. El primer disco en solitario de George Harrison fue el que para muchos sigue siendo el mejor que sacó en toda su carrera. Su título, “All Things Must Pass”, recuerda que incluso las más amargas separaciones se colocan, con el tiempo, en su lugar. El álbum triple, con dos discos de temas originales y uno de grabaciones que hizo con amigos, fue producido nada menos que por Phil Spector, utilizando su “muro de sonido”. Entre los músicos que participaron en la grabación están Eric Clapton, Ringo Starr, Billy Preston (que había tocado mucho con los Beatles en sus últimos años) o Delaney and Bonnie (y toda su troupe de amigos/músicos). “All Things Must Pass” fue un gran éxito de crítica y público, e incluye el que seguramente es su tema más conocido, My Sweet Lord, además del grandioso tema homónimo, una canción épica que evoca la sensación crepuscular y desgarradora de un final que a su vez se abre necesaria e ineludiblemente a lo que ha de venir. Al respecto de la letra, decía el musicólogo Ian Inglis que supone reconocer “la transitoriedad de la existencia humana… una conclusión sencilla y sobrecogedora” de su etapa anterior con The Beatles. “Daylight is good at arriving at the right time”…

Y por si todo lo anterior fuera poco, a George Harrison le debemos también, y no es broma, que la mítica película de los Monty Python, La Vida de Brian, viera la luz. Recientemente había empezado a hacer pinitos en la producción de cine y, en cuanto el proyecto perdió su trato inicial de financiación, Harrison hipotecó su casa para que se rodara. Tal y como dijo el Python Eric Idle, es «lo máximo que se ha pagado en toda la historia por una entrada de cine».

El cameo de George Harrison en La Vida de Brian (What? Sí.)

Es decir: no contento con ser un Beatle, con componer Here Comes The Sun,con sacar uno de los discos más bonitos del rock, con ejercer de precursor de los conciertos y discos vinculados a causas benéficas ni con tener una influencia encomiable en generaciones venideras de músicos, encima va y nos regala también el Frente Popular de Judea.

A tus pies siempre, George, por tantas cosas.

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Author: Milena

Girona, 1985. Escribo sobre música y cultura, traduzco y enseño. Me apasionan el soul y la música negra, el rocanrol, los clásicos y los musicales de serie B, entre otros vicios. Inclinación severa hacia lo pintoresco, la purpurina y el chascarrillo.

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