El compositor francés es uno de esos músicos que se encuentran en un área indeterminada sin acabar de encontrar su ubicación (si es que se puede considerar esta como algo fijo), teniendo más presencia en los manuales de historia que en las salas de concierto al cumplirse 100 años de su muerte. A esto hay que añadir su peso al frente de varias instituciones francesas así como su longevidad haciendo imprescindible su presencia en cualquier relato histórico lo cual no acaba de impulsar sus representaciones en vivo.

Por supuesto tiene una «gran obra» que garantiza su presencia en cualquier colección de Las 100 obras imprescindibles de la música clásica gracias al Carnaval de los animales, que forma parte de muchas iniciativas pedagógicas lo cual garantiza su supervivencia a largo plazo y que de una manera u otra forma parte del «fonemario/musicario» colectivo (¿cuál sería el equivalente musical del imaginario?).
Os compartimos dos pequeñas muestras del Carnaval que fueron utilizadas en dos grandes películas:
Aquarium en Days of heaven de Terrence Malick, en la que creemos que es uno de los mejores usos de música preexistente en una película.
La escena de los flamencos en Fantasia 2000, una de las más divertidas de la película.
La mala fama personal del compositor con sus odios particulares y en especial su enemistad con Débussy (que ha pasado con mayor fuerza a la posteridad) y su categorización como músico reaccionario, han ocultado una gran producción que poco a poco va viendo la luz en reinterpretaciones.
Y nuestro blog también participa de esta revisión de su figura, así que permaneced atentos al Sherlock Notes de esta semana que desvelará muchas muestras de su genio.