Ma Rainey’s Black Bottom
Esta película, realizada bajo los auspicios de Netflix y distribuida en la plataforma, parece complementarse con Bessie que apareció a su vez en HBO, formando así un dueto sobre las cantantes de blues más influyentes de los años 20.
La traducción al castellano opta por recuperar uno de los apodos por los que fue conocida la primera gran cantante de blues que obtuvo reconocimiento en America a nivel global. El título original, hace referencia a uno de sus temas más famosos que además forma parte de la trama principal.
El aspecto más destacable es que afortunadamente no estamos ante otro biopic más -vivimos una época de empacho biográfico- sino que se trata de una adaptación a la pantalla de la obra homónima para teatro de August Wilson estrenada en 1982 y que fue recuperada gracias al impulso del productor de la cinta, Denzel Washington.
La narración nos presenta a Ma Rainey y su banda durante un día de estudio, ya que triunfan en todo el sur pero se les resiste el norte y se presentan en Chicago para grabar unos temas con los cuales su manager espera abrir mercado.
Una vez allí, se desencadenarán varios problemas por el carácter agrio de la cantante, el latente conflicto racial, los problemas técnicos de la grabación y sobre todo, por la presencia inestable de un trompetista de la banda que se siente insatisfecho con su aportación y desea progresar en la profesión.
La película no logra desembarazarse nunca de su origen teatral, con escasas localizaciones y centrándose por lo tanto en los diálogos.
Clarísimamente, el punto fuerte de propuesta son las actuaciones de Viola Davis y Chadwick Boseman que fueron ambos nominados al Oscar en las categorías de Mejor Actriz y Actor. La potencia de sus físicos, sus miradas y el estupendo trabajo de voz, son los que consiguen que nos atrape la historia que girará progresivamente desde la comedia inicial hacia el drama.
