The boat that rocked

Sexo, drogas y rock’n roll. O al menos esa era la premisa que suponemos que el director tenía en mente al contarnos la historia de una emisora pirata que emite música juvenil perniciosa sin el consentimiento del gobierno, integrada por unos frikis extraños al mando de la cual está un extraño dandy decadente.
Pero el responsable de la película es un experto en comedias románticas, para todos los públicos y sin grandes complicaciones (Cuatro bodas y un funeral, Love actually, Nothing Hill) así que el viejo eslogan de la tierra del rock queda en entredicho desde el principio.
Sexo sí, pero limpio, tan limpio que podrías verlo con tu abuela victoriana sin que se ruborizara lo más mínimo.
Drogas, las aceptadas por «casi todos»; cigarros y porros.
Rock’n roll, mucho y de calidad pues hay una gran selección de temas que hace que la banda sonora sea una buena sugerencia para quien quiera conocer algunos de los hits del rock de los 60. Sin duda es la mejor parte y lo que en buena parte empuja a la historia a modo de impulsos sonoros y de «vídeos musicales» de los protagonistas.
La otra buena noticia es el reparto: Bill Nighy, Kenneth Branagh, Nick Frost, Tom Sturridge…y sobre todo Philipp Seymour Hoffman quien siempre es de por sí una razón para ver cualquier película en la que participe. El reparto coral funciona muy bien -mejor incluso que el guión que siguen-.
Es una película sencillita que funciona en un plano muy básico de humor y de trama, con una buena selección musical a la que por desgracia falta un poco de suciedad para creer que estamos hablando de rock’n roll.