En la música moderna está muy normalizado el concepto de “cover”. Un músico hábil puede descubrirnos un mundo versionando una canción de otro artista y haciendo los cambios que él considere en la instrumentación, los acordes, el camino que sigue la melodía… En la clásica no es algo tan común porque habiéndose valido de la escritura para su desarrollo, los compositores han podido plasmar sus obras con todo lujo de detalle, pero tampoco es extraño encontrar a autores versionando a otros. En lo que se refiere a adaptaciones de la música de otro artista, nos podemos encontrar con diversos casos: transcripciones, orquestaciones, variaciones, cambios en la plantilla instrumental…
En esta lista os voy a presentar diversas muestras de cómo un compositor ha adaptado la música de otro o cómo incluso la ha llegado a integrar en una obra original. Para que la cosa quedara equilibrada he tenido que atenuar el peso de ciertos repertorios, como por ejemplo en el caso del piano solo. El piano fue un instrumento importantísimo en la difusión de música nueva, ya que es básicamente una orquesta portátil, motivo por el que tenemos muchísimas obras de todo tipo de formato arregladas para piano solo. De hecho, la transcripción de piano se ha acabado convirtiendo en una fuente de repertorio de concierto habitual, alejada ya de ser simplemente una estrategia divulgadora. Por este motivo he dejado un poco de lado las transcripciones para piano, porque de lo contrario toda esta lista consistiría en transcripciones de Liszt. También por motivos similares he limitado la aparición de variaciones sobre temas de otros compositores o simples orquestaciones sin ningún interés concreto, que también ocuparían muchos puestos. ¡Vamos allá!
Marc-André Hamelin– Triple estudio de Chopin: Una frikada de proporciones épicas y una muestra del ingenio del polifacético intérprete y compositor Marc-André Hamelin, que para componer esta obra utilizó elementos de tres estudios diferentes de Chopin.
Erik Satie (Composición) Claude Debussy (Orquestación)– Gymnopédie nº3: Las famosas 3 Gymnopédies de Satie, compuestas con la sencillez de medios propia de su autor, obtienen una sensible e interesantísima reinvención al pasar por la mente de Debussy, quien decidió orquestar las nº1 y 3. El paso de esta música por la orquesta cambia completamente la personalidad de las obras, que pasan de una personalidad gris y discreta a otra más fantasiosa y colorida. Os dejo con la nº3, que en mi opinión es la más interesante.
Olivier Messiaen (Composición y arreglo)- Oraison/Cuarteto para el final de los tiempos:
Al llegar a Messiaen nos topamos con una situación especial, ya que la versión famosa de esta música es la que hizo para su segunda versión. Los orígenes de esta composición se remontan a la Exposición Internacional de 1937, para la que Messiaen compuso una suite llamada “Fête des belles eaux” que servía de banda sonora a un juego de fuentes instalado en un recinto. La cuarta pieza (L’eau) fue publicada posteriormente como una pieza independiente bajo el nombre Oraison, y estaba escrita para Ondes martenot, uno de los primeros instrumentos electrónicos del cual Messiaen estaba enamorado. Unos años más tarde, en 1941, Messiaen arregló Oraison para cello y piano dentro de su famoso Cuarteto para el fin de los tiempos, compuesto y estrenado en un campo de concentración nazi, convirtiéndose tal vez en su pieza más famosa.
Benjamin Britten (Composición) Henry Purcell (Tema original)– The young people’s guide to the orchestra: Compuesta en forma de tema y variaciones, Britten se basó en esta melodía de Purcell para hacer una obra que además de calidad musical tiene un gran valor pedagógico, ya que, aunque el título se refiera a niños, en realidad es de interés para cualquier persona que sienta curiosidad por la estructura de una orquesta. En el tema principal interviene toda la orquesta a la vez y dividida en grandes secciones (percusión, cuerdas, viento madera…) y en cada una de las variaciones posteriores el protagonismo va saltando entre los instrumentos de manera individual.
Camille Saint-Saëns (Composición) Jacques Offenbach (Tema original)- El carnaval de los animales. Tortugas: Quien menosprecie al Carnaval de los animales diciendo que no es más que una obra trillada para niños, se perderá una colección de piezas llenas de humor y magníficas orquestaciones y melodías, siendo las tortugas un buen ejemplo de todo ello. De entre los acordes que suenan al principio, aparece una melodía en apariencia dulce y sosegada, pero que en realidad no es otra que la del celebérrimo Can Can de Offenbach, asociando así una melodía enérgica típica del cabaret con la parsimonia del caminar de las tortugas. Este es un guiño que incluso los músicos profesionales suelen pasar por alto, lo que demuestra el excelente trabajo que hizo Saint-Saëns transformando esta pieza en algo nuevo.
J.S. Bach (Composición) Sergei Rachmaninoff (Arreglo)– Partita para violín nº3. Preludio: Rachmaninoff adaptó al piano 3 movimientos de esta partita, motivado por la admiración que sentía hacia Bach. Lo interesante de este caso es ver como Rachmaninoff tuvo que añadir material original suyo para expandir una música originalmente interpretada en un instrumento que no dispone del registro del piano, ni de su facilidad para tocar diversos elementos a la vez. En esta grabación podemos escuchar al propio Rachmaninoff tocando su arreglo.
Variaciones chopsticks – Estoy seguro de que todos reconoceréis esta melodía que muchos niños (y niños adultos) chapurrean cuando se acercan a un piano, perteneciente a un vals escrito por Euphemia Allen. Pues bien, Alexander Borodin utilizó este pequeño motivo para hacer una serie de variaciones que encajaran con sus notas, debido a que su hija le pidió que compusiera algo para que pudieran tocar juntos. En el segundo vídeo que os adjunto, además, encontraréis las aportaciones de otros compositores a los que les hizo gracia la idea.
Pulcinella– Habiendo cambiado por completo el panorama musical con la radical “La consagración de la primavera”, Stravinsky decidió mirar atrás para componer este ballet basándose en obras atribuidas originalmente al compositor barroco Giovanni Batista Pergolesi, pero que finalmente se han demostrado de otros compositores. Esta obra fue de las primeras que hizo Stravinsky en su etapa neoclásica, en la que basó su música en la estética del clasicismo. Para que podáis hacer una primera comparación entre las dos versiones, os dejo la obertura.