
Documental que muestra en activo -año 1988- a Art Blakey, uno de los exponentes máximos de la batería moderna de jazz junto a Roy Haynes y Max Roach.
El documental hace hincapié en la trayectoria de los Jazz Messengers, banda que comenzó a grabar en 1954 pero cuyos miembros tocaban juntos desde mucho antes.
Este grupo es de capital importancia en la historia del jazz principalmente por dos motivos: realizó algunas de las grabaciones de hardbop más potentes de la historia, y por otro lado, sirvió de cantera a multitud de músicos que crecieron en esta formación y que listados, tan solo podrían compararse con los influyentes miembros que pasaron por las bandas de Miles.
Por los Messengers pasaron: Horace Silver, Clifford Brown, Hank Mobley, Lou Donaldson, Kenny Dorham, Donald Byrd, Jackie McLean, Lee Morgan, Bobby Timmons, Benny Golson, Cedar Walton, Freddie Hubbard. La flor y nata del jazz hardbopero.
Con la cercanía de los 70 llegó la crisis para la formación -la fusión hacía furor y estéticamente era vista como desfasada- y pasó unos años difíciles de cambios continuos y apariciones intermitentes que acabarían con la incorporación a finales de los 70 de los Marsalis, que se beneficiaron mutuamente de la asociación, recuperando visibilidad Blakey, y alineándose con la tradición más pura Marsalis.
En el momento de la grabación del documental aparecen en la banda Terence Blanchard, Kenny Garret o Mulgrew Miller.
Lo más interesante reside en el concepto de transmisión de la tradición, en la convivencia de músicos de diferentes generaciones en el mismo proyecto y en la extensión del jazz por todo el mundo.
Se trata de un documental que recoge una gira por Gran Bretaña y dedica parte del metraje a mostrar la relación con los músicos locales, exponentes de la gran cantidad de artistas de calidad que emergían en todo el mundo -una circunstancia que aún no había explotado de la manera en que lo haría a finales de los 90-.
También es interesante poder escuchar a figuras legendarias ya muertas compartiendo anécdotas y por otro lado vislumbrar cómo eran las relaciones entre los músicos de jazz, marcadas por la camaradería, las bromas y también una dureza que se entremezclaba con la supervivencia y el día a día.