The unconsoled
Ficción a cargo de uno de los escritores más importantes en lengua inglesa que consiguió el Nobel en 2017 en lo que fue una decisión muy poco discutible.
Y este libro puede ser una de las razones para estar de acuerdo con esa decisión. La historia y la prosa pueden parecer naturalista pero realmente la apuesta es muy diferente. Sus casi 600 páginas se convierten en una gran masa vaporosa y los hechos que suceden al protagonista acontecen casi por azar en una sucesión de estampas oníricas que se entrelazan con una extraña lógica.
El protagonista, un famoso concertista de piano que se encuentra en una ciudad de provincias para participar en un evento que relanzará la carrera de un director de orquesta local y volverá a colocar a esta población entre las urbes más importantes del panorama cultural centroeuropeo, llega al hotel tres días antes del concierto y se encontrará atendiendo múltiples compromisos personales pues todo el mundo no quiere abusar de su tiempo pero acaba enredándolo en sus problemas personales sin que él pueda conseguir intervenir de la manera adecuada.
Así, no encontrará nunca momento de descansar entre las charlas con los miembros del hotel, los personajes locales relevantes o los problemas familiares.
Con un lenguaje naturalista, Ishiguro construye un mundo inestable del que casi dudamos su existencia pero que nos atrapa y envuelve al igual que le sucede al protagonista con sus circunstancias.
La sombra de autores como Musil o Kafka se cierne sobre esta obra que no podemos llamar crepuscular, sino más bien nimbal, pues todo queda suspendido y sin resolución.
Como subtemas Ishiguro presenta algunas consideraciones musicales, como la responsabilidad de los artistas con la sociedad, el papel de la música contemporánea o la manera en que escuchamos la música. Pero por supuesto, sin dar respuesta a aquellos que buscan lo tajante, esos quedarán inconsolados.
