
El libro que hoy os traigo no tiene de momento traducción al castellano, pero sí al inglés así que podéis acceder a una de las dos versiones. La versión inglesa es de peor calidad sobre todo en lo referente a las fotografías.
La razón de reseñar un libro tan poco accesible es que se trata de un testimonio único, ya que casi siempre, las biografías de artistas o bien son autobiografías o bien son realizadas por algún periodista o agente externo.
En este caso, Francis Paudras fue un músico amateur parisino que acogió a Bud Powell -pianista bebop- durante la estancia de aquel en Europa en la transición entre la década de los 50 y los 60. El pianista estadounidense que había sufrido unas terapias brutales de electroshocks y tenía problemas de alcoholismo -se especula con que además quizá sufrió esquizofrenia-, recaló en Francia en unas condiciones personales bastante lamentables además de encontrarse en un estado de casi marginalidad dentro del mundo musical.
Por lo tanto, no se trata de una biografía exhaustiva, sino que solo comprende los últimos años de vida de Powell en los que Paudras se hizo cargo de él pues en su estado no era capaz de cuidar de sí mismo.
Se trata de un relato conmovedor en el que Paudras nunca pierde de su posición de admirador entregado -no esperéis ningún tipo de objetividad-, y observamos como hipoteca su propia vida intentando rescatar al genial pianista hasta el punto de dejar de lado su vida personal -se terminó separando de su mujer y no estuvo en el nacimiento de su primer hijo- por acompañar a Powell a América.
Al margen por tanto de la narración de los hechos concretos, el libro deja cuestiones en el aire -o al menos a mí como lector- sobre hasta dónde puede llegar la influencia de los artistas en la vida diaria, o cómo las condiciones vitales condicionan la capacidad artística de los músicos.
El otro punto que convierte este libro en una materia interesante es que fue la base de partida de Round Midnight –ya reseñada en el blog-, la película de Bertrand Tavernier protagonizada por François Cluzet como Paudras y Dexter Gordon en un papel que mezclaba la vida de Lester Young y Bud Powell, además de contar con el aliciente de que el propio Gordon estuvo en París en los 60.
Las dos figuras claves del piano bebop fueron dos personalidades complejas que sin duda merece la pena conocer y que además disfrutaron de una amistad muy peculiar y personal: Thelonious Monk y Bud Powell.