Ya que hace poco escribí acerca de compositores clásicos que habían hecho “covers” de obras ajenas, hoy podríamos hacer una ligera variación sobre ese tema y hablar acerca de canciones modernas que son covers encubiertos de obras clásicas. Y no, no me refiero a esas horribles versiones que Luis Cobos hizo de obras orquestales, o a las horterísimas interpretaciones con las que Richard Clayderman se forró a base de mancillar a músicos respetables. Eso se lo dejo al doctor Terwiliker, quien presta una valiosísima labor a la sociedad a base de desenmascarar fraudes (a pesar de que de vez en cuando tengamos alguna discusión.
De quienes quiero hablar es de músicos que han hecho su carrera íntegramente en la música moderna (carreras interesantes, digo) y que en momentos puntuales han echado mano de la música clásica para componer alguna que otra canción. Esto no solo es interesante de explorar por ver cómo dos estilos muy diferentes de entender la música pueden resultar en una creación exitosa, sino también porque, en la gran mayoría de casos, estos músicos se han abandonado a los brazos de la clásica porque la disfrutan, porque son profesionales con curiosidad, por admiración a los compositores… diversos motivos que acaban resultando en estas historias de amor entre géneros que tanto me gusta destacar.
Vuestro humilde divulgador, el GRAN Sherlock Notes, está hasta las mismísimas narices (y sus mocos) de encontrarse con músicos que se quedan con cara de tontos o de que les da todo igual en cuanto una conversación sale del tipo de música que a ellos se les da bien, y las historias como las que os traigo hoy son las que mantienen mi frágil corazón palpitando, además del té con pastas, por supuesto:
La canción: Eric Carmen- Never gonna fall in love again.
La original: Sergei Rachmaninoff- Sinfonía nº2. Adagio
Eric Carmen tiene dos grandes hits: Hungry eyes, famosa gracias a la película Dirty dancing, y All by myself, que no necesita presentaciones. Es muy conocido el hecho de que Carmen basó esta última canción en el Concierto para piano y orquesta nº2 de Rachmaninoff, pero la fama de All by myself ha hecho que el caso de la canción que aquí os presento quede bastante eclipsado. Con Never gonna fall in love again nos encontramos de nuevo con Rachmaninoff, aunque esta vez con el maravilloso adagio de su segunda sinfonía. El propio Eric Carmen dijo en una entrevista que adaptar melodías clásicas a canciones modernas es su manera de dar a conocer un tipo de música que le apasiona y que de otro modo apenas entra en contacto con el público joven.
La canción: Rigoberta Bandini- Cuando tú nazcas
La original: Ludwig van Beethoven- Sinfonía nº7. Allegretto
Este movimiento de Beethoven ha tenido un gran impacto en la cultura popular, y no es de extrañar ya que es una de las composiciones más emocionalmente intensas de un compositor ya de por sí conocido por ser especialmente intenso. Originalmente, fue el grupo Mocedades quien adaptó la música de Beethoven convirtiéndola en una canción pop, pero la versión más reciente de Bandini acentúa todavía más el contraste entre los elementos modernos y la música original. Lo que antes sonaba pop ahora tiene una producción completamente electrónica, con ritmos sacados de géneros contemporáneos que hacen que la canción sea casi bailable (a pesar de lo tremendamente fúnebre que es la música en la que se basa).
La canción: Frank Sinatra- Full moon and ampty arms
La original: Sergei Rachmaninoff- Concierto para piano nº2. Allegro Scherzando.
Esta es una de las creaciones de Ted Mossman, un prolífico compositor estadounidense que basó su carrera en adaptar melodías clásicas para convertirlas en canciones de tipo “Crooner”. Aunque ha sido versionada por infinidad de cantantes como The Platters, Perry Como, Sara Vaughan o Bob Dylan; la más icónica sin lugar a duda es la de Frank Sinatra. Full moon and empty arms se basa en uno de los temas que aparecen en el último movimiento del segundo concierto para piano de Rachmaninoff, que en aquella época volvió a gozar de mucha popularidad por aparecer en la película de David Lean “Encuentro breve”. Si encontráramos alguna canción basada en el primer movimiento podríamos recrear una versión en miniatura del concierto entero, junto con All by myself y Full moon.
La canción: Elvis Presley- It’s now or never
La original: Eduardo di Capua- O sole mio
Es fácil que no pensemos en este hit de Elvis al hacer una lista de música moderna inspirada por música clásica, porque a pesar de ser exactamente lo mismo, el cambio de estilo nos puede despistar si no lo sabemos. La razón probablemente sea que It’s now or never fue concebida como versión de una versión, ya que Elvis no se basó en la música original, sino en la grabación del crooner Tony Martin (llamada There’s no tomorrow), que sí tiene un aire más cercano a la composición como la conocemos todos. Bueno, lo de “como la conocemos todos” es un decir, porque la versión más exitosa a nivel comercial es precisamente la de Elvis.
La canción: Muse- I belong to you
La original: Camille Saint-Saëns- Mon coeur s’ouvre a ta voix
No es extraño encontrar referencias a la música clásica en las canciones de Muse, y muy probablemente podríamos encontrar varias citas e influencias en cada álbum. El cantante, Matt Bellamy, es un caso parecido al de Eric Carmen, ya que también estudió música clásica de pequeño y quiso mantener esta base cuando su carrera dio el giro a la música moderna. Uno de los casos más logrados y potentes que conozco es el de I belong to you, que utiliza el aria de la ópera Samson et Dalila de Camille Saint-Saëns como interludio de la canción. Los rasgos rítmicos de I belong to you hacen que el lirismo del aria sobresalga todavía más, a lo que hay que sumar el arreglo tan extrovertido y cargado que hacen los miembros de Muse, como es normal en ellos.
La canción: Paul Simon- An american tune
La original: J.S. Bach- La Pasión según San Mateo. Befiehl du deine Wege.
Como en el caso de O sole mio, estamos ante una versión de una versión. Originalmente, esta melodía proviene del compositor renacentista Hans Leo Assler, que la publicó con el título Mein gemüt ist mir verwirret. Sin embargo, la manera en la que esta música caló en la mente de Paul Simon fue a través del Maestro Yoda de la música, papá Bach, que arregló esta canción para coro en su monumental Pasión según San Mateo. En un primer momento, Paul Simon se basó en un fragmento muy concreto de este coral para su hit Bridge over troubled water, pero unos años más tarde acabó adaptando el coral íntegro para American Tune, que sigue de manera casi exacta el texto de Bach.
La canción: Jethro Tull- Bourée
La original: J.S. Bach- Suite para laúd nº1. Bourrée
Esta pequeña composición de Bach ha tenido un gran impacto en el mundo del rock. Por poner un par de ejemplos, Paul McCartney y Jimmy Page la han citado como la semilla de la que germinaron canciones como Blackbird y Stairway to heaven. A pesar de la importancia de estas canciones, la influencia de Bach no fue más allá de momentos puntuales irreconocibles en la obra final. Una adaptación que sí se decidió a juguetear con el material original fue la que arregló Ian Anderson para Jethro Tull, que se atrevió a construir una improvisación sobre el tema que ha acabado siendo uno de los hits más queridos por sus fans.
La canción: Blonde Redhead- For the damaged coda
La original: Frederic Chopin- Nocturno Op. 55 nº1
Una canción que originalmente sirvió simplemente como pequeño epílogo para la canción For the damaged, además de ser el cierre del CD Melody of Certain Damaged Lemons. La canción consiste en la melodía de un nocturno de Chopin que se repite durante un par de minutos. Hasta ahí nada especial, pero lo que probablemente nadie en el grupo vio venir es que esta breve canción experimentaría un auténtico boom de popularidad al aparecer en la serie Rick & Morty, convirtiéndose en una favorita de los fans.