Sé que además de poner la música de fondo mientras leéis, pensáis o habláis con otras personas, os gusta dedicaros de manera más profunda al Arte de los sonidos, volcándoos en las complejidades que entraña la teoría musical así como os encanta adentraros en los entresijos de la intrahistoria órficamusical.
Pues dejad de leer ya, porque lo que os propongo a continuación es cotilleo, chismes y show barato en torno a la música: ¡los record guinness de la música!. La manera más fácil de conseguir aparecer en un anuario sin tener que estudiar ocho horas diarias de ejercicios técnicos instrumentales.
Ahí va mi primera selección de delicatessen performánticas.
MAYOR TEÓRICO MUSICAL A LA GUITARRA

Mike Storfjasen, Olovtna (Polonia). Este músico, polaco geográficamente hablando pero cosmopolita de corazón -como a él le gusta dejar claro en cada entrevista-, lleva veinte años tocando canciones solo con tres acordes (DO, FA y SOL), usando la cejilla para cambiar de tono.
Esto en sí mismo, no supone un record ya que lo hacen un 28% de los guitarristas y un 93% de los cantautores. Su mérito reside en ser el único guitarrista consciente de lo que toca hasta el punto de saber en qué tono está simplemente con mirar donde pone la cejilla. Varios guitarristas han cursado clases con él pero nadie hasta el momento ha sido capaz de alcanzar tan excelso grado de teorismo musical guitarrero.
MÚSICO MÁS LONGEVO DE LA RDA

Frank Heinsten, Kommunischtzeplatzen (RDA). El mérito de este músico es obvio. A pesar de los cambios políticos que conllevó la caída del telón de acero, Frank, a base de tesón y perseverancia, ha conseguido ser el único músico en activo en 2022 de la RDA, siendo el ejemplo más claro visto de nunca de que se puede alcanzar tu sueño si lo persigues con insistencia.
MAYOR CONGREGACIÓN DE TECLADOS DE COMUNIÓN DE LA HISTORIA

Randy Tucker Mana, Hillytown (Indiana). Este osado vanguardista y ecléctico multiinstrumentista de la América Profunda es también un revisionista conceptual en el uso de la tecnología. Según su teoría, el estudio técnico de los instrumentos nos ha llevado a la deshumanización interpretativa, cayendo en tropos virtuosos que dejan a la música vacía de espiritualidad y sentimiento.
Su idea es sencilla: volver al niño/a que llevamos dentro, y para ello propone una vuelta a los orígenes y al momento de felicidad que vivíamos entonces recuperando los instrumentos que nos regalaron al hacer la comunión.
Por eso, en 2018, en Local Pioneer Square -la plaza principal de su pueblo- reunió más de 350 teclados de comunión y tocó con ellos El himno de la alegría con el característico ritmo de base del CASIO PT-10. Sin duda una ocasión ambiguamente memorable.
MAYOR NÚMERO DE HORAS TOCANDO LA ARMÓNICA CON LOS GENITALES LIMPIOS

Felipe Fernández Farfoz, Alitera (Francia). Este francés de nacimiento pero bluesero indaheart, supo que debía llevar a cabo algún cambio radical en su vida que le diera más visibilidad y le posibilitara conseguir más bolos con los que salir de la situación de penuria económica que le impedía volar del nido materno a la nada tierna edad de 39 años.
De momento, la gloria guinessiana no le ha comportado mayor bonanza pecuniaria, aspecto que achaca a a la imposibilidad de reproducir las condiciones naturales en que llevó a cabo su record (desnudo y enjabonado). Como confesó a la revista local Fromage, blues and others delicatessen: «El público no está abierto a nuevas experiencias. El concierto con ropa toca a su fin, y performar con los genitales aireados no es una provocación sino una reivindicación au naturel«.
52 HORAS SIN DESCANSO LEYENDO A VISTA

Stevie Wonder, Downsee Beach (Florida). Stevie Wonder es un músico conocido por todos gracias a clásicos como Superstition, You’re my sunshine o I just called to say I love you. Sin embargo, hay una faceta desconocida para el gran público acostumbrado tan solo a sus baladas, sus temas funks y sus galas benéficas. Stevie es un amante de la improvisación y el jazz y lo demostró cuando llevó a cabo este record guiness.
Durante 52 horas y sin apenas descanso -al parecer un error de la organización provocó que tanto agua como sofás no fueran en braille, algo por lo que posteriormente se disculparon-, Stevie Wonder estuvo leyendo a vista improvisación tras improvisación tanto de jazz, como clásicas o contemporáneas en las que los jueces contabilizaron tan solo, dos errores en dos bemoles que se le escaparon -dijo confundirlos con becuadros-.
Como siempre en el caso de Maravillas Wonder; ¡Verlo para creerlo!