
Remake musical que sigue la trayectoria de un grupo de chicas formado por tres hermanas que -de lejos y quizá más como publicidad que como realidad- se basa en la creación de The Supremes.
La historia discurre a finales de los 60 en la ciudad de Detroit, cuna de Motown, el imperio musical de Berry Gordy que consiguió constituirse como la meca de la música popular americana durante esa década. En ese período todo el mundo quería ser cantante o productor, pero en todo caso, era importante la fama y el dinero (no muy diferente del momento actual, al menos como idea básica).
De las tres hermanas, una de ellas, la más pequeña es la que resulta tener más talento musical ya que compone todos los temas además de cantar excepcionalmente (está encarnada por Jordin Sparks ganadora poco antes de American Idol en EEUU). La hermana mayor es quien acapara la atención del público por su carisma sobre el escenario pero cuya búsqueda de la fama provocará también su caída. La tercera hermana se sitúa en medio de ambas como mediadora.
Conocerán a unos chicos que se convertirán en sus parejas además de ayudarlas en su carrera y se enfrentarán a difíciles decisiones.
Whitney Houston, en la que sería su última aparición en la pantalla, es su madre y está casada con un reverendo por lo que se niega a que quieran hacer carrera dentro de la música desatándose el conflicto familiar.
Tiene todos los ingredientes de cualquier película musical sin pretensiones, es decir: vídeos musicales, caracterizaciones apropiadas pero algo forzadas, caída y redención de los protagonistas y buena música.