Crossroads

Película mítica en los entornos del blues y del guitarreo en general, debido a la escena del duelo final en la que el protagonista -encarnado por Ralph Macchio, el actor de Karate Kid- se enfrenta a Steve Vai en un fantástico duelo con las 6 cuerdas. Esta escena se ha comido en el imaginario al resto de la película que se ve lastrada además por la similitud en el desarrollo argumental con Karate Kid, con el duelo final, el aprendizaje al lado de un maestro mucho mayor y quisquilloso… Todo ello descentra y hace menos creíble la película.
Pero en realidad tampoco pretende descubrir nada nuevo sino narrar una historia que ya se había contado y que se explicará muchas veces después.
El misticismo del Delta del Mississipi como meca del blues a la que peregrinar, la «extranjería» de los blancos que intentan tocar blues de «negros», el choque norte -Nueva York- sur como dualidad de vida superficial-auténtica, la leyenda de Robert Johnson que vendió su alma al diablo para tocar mejor… El film recoge estos y otros tópicos y los reelabora tímidamente para conformar un producto aceptable que funciona bien como entretenimiento y cuenta con una buena música de fondo a base de clásicos y de material nuevo compuesto por Ry Cooder, que en aquellos años era el paradigma de blues moderno para la pantalla tras triunfar con la banda sonora de París, Texas de Wim Wenders.
Una película «obligatoria» para guitarristas y una opción asequible para el resto.