Terrorista solista 16: Cañita brava

Si no vivisteis los años 90 quizá tuvisteis suerte pues en el ambiente flotaba que todo iba bien -decía un bigote con patas- y el humor circulaba cual pandemia para la que no se habían inventado mascarillas auditivas.
Programas regurgitantes como No te rías que es peor, ¿Qué apostamos? o Genio y figura entronizaron a humoristas casposos que ponían de actualidad a Jaimito y a la tríada mágica de la risa: el francés, el inglés y el español.
Si no lo vivisteis, fuisteis afortunados sin duda, eso que os habéis ahorrado. Para los que los sufrieron, fueron los años de Chiquito de la Calzada. Y por lo tanto no lo fueron de Cañita Brava como hubiera merecido, ya que sin duda también tenía un gran talento musical que vais a disfrutar en breve, y que surgió de otro gran programa cultural: El semáforo.
Sus cualidades:
- Inocencia total (por llamarlo de alguna manera)
- Físico impontente (corta estatura y cortinilla)
- Localismo (simpático gallego)
- Expresividad (inventor de nuevas estructuras gramaticales y neologismos)
- Lengua (dominio de todas las lenguas del mundo)
- Autoservicio (acompañamiento de castañuelas, ¿para qué más?)
- Personalidad (no compartía el escenario porque era demasiado bueno)
- Repertorio (de todo, de todo)
Os dejo con una selección para que admiréis su inglés, su chino, su merengue, su folk, su ópera, su incapacidad de escuchar, su tremenda pronunciación -que no mejora cuando habla-, su outfit… Nos vemos en un rato
Después de esto solo quedan 2 opciones:
- Dar gracias por haber nacido más tarde y no haberlo presenciado con los consiguientes traumas infantiles
- Cabeza baja si lo viviste y reconocer que la conocida como «nostalgia» es una reacción que no nos deja ver que «cualquier tiempo pasado fue más casposo y vergonzante de lo que admitimos».