
Patti Smith es una figura icónica y singular de la música rock del siglo XX. Su significado y alcance cambia según cada persona, pero no hay dudas sobre su fuerte personalidad marcada a fuego en sus actuaciones y sobre todo en sus influyentes letras.
Este libro que se complementa con los escritos de los últimos años – Eramos unos niños y Tejiendo sueños – nos ayuda a formarnos una idea de quién es Patti Smith; una artista heredera/admiradora/amiga de la generación beatnik e integrante del Nueva York vanguardista y ecléctico de los tempranos 70 con la Velvet Underground y The factory como insignias, y por tanto, no es extraño que sea una autora con múltiples intereses centrados en lo artístico.
Y es que Patti Smith derivó hacia la música pero sus auténticas pasiones siempre fueron la escritura y la lectura mientras que los conciertos y discos fueron una manera de exteriorizar ese mundo interior de una manera un tanto casual.
Lo que nos propone la autora en M Train es un texto autobiográfico pero que no puede considerarse como un libro de memorias usual. Es un viaje por su cotidianeidad en el que observamos estampas de sus cafeterías favoritas -el café es otra pasión confesada-, de su solitaria vida tras la muerte de su marido Fred a quien recuerda como un compañero para todo y cuya ausencia continúa marcando su vida décadas después, su pasión por los viajes por todo el mundo, su amor por la fotografía de polaroids que es su manera de acumular tesoros de sus iconos favoritos cuyos hogares visita y retrata con la cámara convirtiéndolos en “templos” de adoración de artistas contraculturales (Frida Kahlo, Roberto Bolaño, Virginia Woolf, Rimbaud..)
La narración no parece sujetarse a ningún plan previo y fluye transmitiendo una sensación tranquila y de cercanía convirtiéndose la lectura en una especie de fin de semana con Patti Smith. ¡Que lo disfrutéis!