
Los seguidores del jazz estamos de enhorabuena por el lanzamiento de un libro como este. Entraremos en detalle sobre el contenido, pero su mera presencia y sobre todo, su enfoque en el presente y futuro es de agradecer en un género que se ve constantemente avasallado por su historia y por el típico «cualquier momento pasado fue mejor».
Por ello tiene mérito la labor que ha desarrollado Nate Chinen -crítico habitual en la NPR y otros medios estadounidenses y no solo de jazz- que demuestra que la visión sobre un género o incluso sobre el estado de la música depende del grado de implicación y entusiasmo. Reconociendo el gran legado del jazz clásico, Chinen describe el momento actual como apasionante precisamente por lo mismo por lo cual suele atacarse: por la ausencia de una dirección única.
Esto, además de ser compartido con el resto de músicas y artes, redunda en una mayor variedad para el oyente que puede acercarse a autores más cercanos a la corriente clásica o mainstream, a grupos fusioneros, solistas imbuidos de una mayor espiritualidad, mezclas con otras culturas o la potentísima escena que mezcla jazz y hip-hop…
El autor elige un músico diferente para cada capítulo explicando su historia personal además de contextualizar de paso la escena en la cual desarrolla su actividad con agudos análisis históricos y musicales.
Al final realiza una selección de los mejores discos aparecidos en este nuevo siglo que puede servir de guía a aquellos que quieran conocer nuevos nombres y saber lo que se cuece en el jazz contemporáneo.
El libro se convierte así en una visión refrescante y positiva sobre el jazz (cercana a los postulados de otro gran divulgador; Ted Gioia) muy necesaria ante la imagen tan revisionista que postulan otros autores -véase Marsalis, Murray, Crouch…-.
Una sola pega, aunque no pequeña. El jazz también se juega fuera de EEUU aunque parece que allí aún no se han dado cuenta y las referencias al resto del mundo son mínimas cuando algunas de las propuestas más interesantes también vienen de fuera.