Everyone says I love you

Película musical con toques nostálgicos que nos trae a la memoria los musicales clásicos, en línea con la revisión habitual de Woody Allen que no enmascara en ningún momento su admiración por aquella época visible en la música -puro Rodgers, Hart, Hammerstein, Porter…-, las coreografías o la puesta en escena.
Fiel a su prototipo de familias de clase media alta, la acción transcurre con Nueva York, París y Venecia como trilogía de las ciudades del amor, en las que el protagonista persigue el amor atrapado entre el cariño a su ex con la que se lleva muy bien y el encuentro de una mujer que parece colmar todas sus ambiciones.
Se desarrollan las típicas escenas corales allenianas, los equívocos y manipulaciones habituales de sus personajes, el conflicto hombre-mujer, el tono screwball y el personaje típico encarnado por él mismo, maníaco, nervioso y poco resolutivo.
No es su mejor película pero sí se mantiene en un gran nivel destacando algunos números musicales entre los que destaca la escena de los muertos bailando en el velatorio, de un humor negro estupendo.