Smash!: Green Day, The Offspring, Bad Religion, NOFX, and the ’90s Punk Explosion

En los años 90 tuvo lugar un fenómeno curioso en EEUU y por consiguiente en el resto del mundo: la música punk se puso de modo y sus grupos pasaron a vender miles de copias y a estar en macrofestivales mientras sus vídeos se pasaban por la MTV.
La clave para que todo esto sucediera radica en el triunfo de Nirvana a principios de los noventa que abrió la puerta a muchos grupos, algunos de ellos, estéticamente alejados de la escena grunge como sucede en el caso de los grupos aquí tratados, pero que en muchas ocasiones fueron escuchados por seguidores del sonido Seattle e incluso por aficionados al mainstream.
¿Por qué sucedió esto? El autor no entra en profundidad y es una pena porque valía la pena escarbar en ello. Es cierto que algunos productores de grandes discográficas -hasta entonces de segunda fila- pusieron mucho de su parte para su éxito, pero como tantas veces, es una historia quizá llena de casualidades.
El libro parte de la escena californiana, que ya era potente en los 80 en los apogeos del hardcore integrado por grupos admirados por todos los integrantes de Green Day, Offspring o Nofx pero que nunca imaginaron alcanzar una popularidad semejante.
Así, la escena punk existía en una marginalidad tal que hacía presagiar su muerte inminente. Incluso un grupo ya de culto como Bad Religion apenas conseguía sobrevivir y realizaba parones importantes en su actividad.
Los dos grandes grupos de esta oleada Green Day y The Offspring han tenido que lidiar siempre con su fama de vendidos, pijos y casi estafadores dentro del mundo del punk más underground a pesar de venir claramente de aquellas escenas. Pero como ellos dicen, a pesar de su marginalidad no venían de un No future tan claro como el que se gestaba en el hip-hop del momento en Compton, donde ya no había porrazos de la policía en los conciertos sino asesinatos y brutalidad policial hacia los afroamericanos. Quizá por eso la radicalidad pasó al rap y el punk de los 90 quedó como una música energética y en ocasiones incluso vitalista.
El libro es un buen repaso a toda esta época, con un interesante trabajo de Ian Winwood recurriendo a los protagonistas de la escena en entrevistas y reportajes de la época.
Quizá la parte más interesante sea el seguimiento que hace de Epitaph Records, la discográfica detrás de todos estos grupos, con un funcionamiento caótico heredero del Do it yourself, y cuyo éxito parece una casualidad dada las circunstancias en las que se gestó.
Un libro muy útil para entender una parte de la música de los 90.