
Documental histórico sobre el festival de jazz de Newport, razón por la cual ha sido elegido como uno de los documentos a salvaguardar por la Library of congress de EEUU.
El film recoge algunas de las actuaciones más importantes de la tercera cita del festival organizado por George Wein que en su primera edición en 1957 había contado con el épico concierto de la big band de Duke Ellington y el ya mítico solo de Paul Gonsalves. Fuera de esta edición de 1959 quedaron las actuaciones de Ella Fitzgerald y Billie Holiday -sin duda, una pena-.
La razón por la cual, a día de hoy seguimos hablando de un documental grabado hace más de 60 años, es su gran calidad artística. Cuenta con evidentes momentos musicales de calidad de los artistas más importantes de la escena jazzística del momento, pero no es ese el aspecto más relevante.
La clave está en el enfoque dado por sus directores destacando sobre todo la presencia de Bert Stern, fotógrafo que sin duda está detrás de la estupenda realización que muestra planos y planos que podrían formar parte de exposiciones de fotografía, con encuadres maravillosos que captan la esencia del momento.
Y es que el documental, es un viaje que permite respirar el jazz de esos años, con los sudores de los artistas, su impecable vestimenta, la energía de sus interpretaciones y la presencia de Monk, Sonny Stitt, Anita O’Day, Dinah Washington, Louis Armstrong, Chuck Berry o Mahalia Jackson que cerró el festival.
También podemos observar a una banda de Dixieland encima de una furgoneta por la ciudad en un momento en el que el revival del New Orleans estaba en su apogeo.
Y por supuesto, también ayuda a entender el contexto del momento, ya que Newport es la ciudad costera donde la población rica del norte tiene sus yates, ya que la ciudad es también protagonista del documental.
En resumen, una gran muestra de cómo enseñar algo más que música en un documental.