
Documental que retrata la trayectoria de la batería de rock Patty Schemel, famosa sobre todo por pertenecer al grupo grunge Hole que disfrutó de un pico de popularidad en la segunda mitad de los 90 y que lideraba Courtney Love.
El film funciona muy bien en dos niveles. En el primero tenemos una historia personal de triunfo y posterior caída de la protagonista, con una infancia marcada por el bullying y la dificultad para relacionarse siendo lesbiana en una pequeña comunidad conservadora cerca del epicentro del grunge, Seattle. A ello se suma una situación familiar difícil, con problemas de alcoholismo que ella heredó siendo muy joven y que con los años se convirtió en un carrusel de drogas y adicciones que acabó con ella en la calle mendigando hasta que fue rescatada y se rehabilitó tras innumerables intentos.
Es una oportunidad de ver también lo difícil que fue destacar en la batería en un mundo lleno de machismos. Y uno de ellos lo sufrió a manos de Courtney Love, la líder del grupo que la humilló en la grabación de uno de los discos de Hole al sustituirla por un batería de estudio.
La narración se queda en el momento actual de la vida de Patty que se ha reinventado con un negocio de cuidado de animales y dando clases de batería.
El segundo nivel al que funciona el documental, es como reflejo de una época, los 90, que vivieron una revolución al ponerse de moda un estilo y música formada por outsiders y gente heredera del underground de los 80 simbolizado en el éxito de Nirvana que catapultó a otros grupos como los propios Hole, Soundgarden, Alice in Chains, Pearl Jam, Smashing Pumpkins…
Se trataba de unos artistas que vivían en el lado menos “cool” de la música y de un día para otro se vieron siendo estrellas y tratados como tales por los medios lo que provocó situaciones difíciles de soportar desembocando en muertes como la de Kurt Cobain, o la bajista de Hole Kristen Pfaff. Schemel convivió con la familia Cobain durante mucho tiempo y sin duda se vio afectada por todo aquello.
La sensación es que vivieron aquellos años como si se tratara de un huracán, sin casi darse cuenta de lo que sucedía en la que quizá fue la última gran oleada de grupos de la historia del rock.