El 30 de noviembre, el mítico Thriller de Michael Jackson cumple 40 años. Poco puedo añadir a la mitología de uno de los discos más conocidos, admirados, famosos y ben parits de los 80. Producido por el impecable Quincy Jones, jefe supremo del groove, con quien había sacado el magnífico Off The Wall en 1979, Jackson quería crear un álbum en el que cada canción «was a killer»; es decir, en terminología actual, que lo petara muy fuerte. Fíjate cómo será que, a día de hoy, es el disco más vendido de la historia. Supera eso, Justin Bieber, o como se llamen ahora. Hoy, pues, recordaremos sus principales éxitos y alguna curiosidad.
Además de por sus méritos musicales, Thriller es relevante porque estableció nuevos estándares para la industria musical, no solo por las canciones (varias de las cuales siguen estando entre los grandes éxitos de toda su carrera), sino también por sus videoclips y estrategias promocionales. Los videoclips, de los que hablaremos más adelante, están muy trabajados y se utilizan como una herramienta promocional más, y con enorme éxito, dado que contribuyeron a hacer subir la fama del disco y dispararon las ventas.
De los siete singles que se editaron, destaca, en primer lugar, el tema homónimo. Thriller, que curiosamente salió el último. Compuesto por Rod Temperton y no contento con ser un bombazo espectacular, tiene un videoclip que todos recordaremos, muy mítico (y que, con ojos de hoy, da hasta ternura), y que revolucionó el mismo concepto del vídeo musical. En la grabación del tema, incluyeron efectos de sonido clásicos del cine de terror: que si una puerta chirriando, que si viento ululando, que si truenos y aullidos de perro… Todo un ambiente lúgubre para acompañar el tema y la pedazo de chaqueta de cuero rojo que se marca Michael, grabando a fuego en la memoria del universo una imagen de lo más icónica, como dicen ahora.
Me resulta imposible no compartir con la querida lectoría una versión fastuosa, versión Bollywood, de Thriller. El baile es exigente: si no me crees, prueba de imitarlo. El arte imita a la vida.
Otro hit arrollador del disco es Billie Jean, compuesta por el propio Jackson, que trata sobre la obsesión que pueden tener los fans, en este caso una chica convencida de que su hijo es de él. Versionada n millones de veces, es otro de los principales éxitos de toda su carrera. Quincy Jones le hizo cantar las pistas dobles del tema a través de un tubo de cartón. Al parecer, se llevaron regulín durante la grabación, dado que ambos eran perfeccionistas irredentos y chocaron en la toma de decisiones en varias fases del proceso. Al finalizar, a ninguno de los dos le gustó nada el resultado y empezaron las remezclas de todas las canciones.
Por su parte, Beat It, también compuesto por Jackson,es otro de los singles y principales hitos comerciales del álbum. Se lo considera uno de los primeros pinitos en el rock que hizo sin despeinarse. O despeinándose adrede, así en plan ochentas. El tema que quiere transmitir la canción (Beat It significa algo así como «pírate») es una oposición a la violencia de bandas, una reflexión sobre el hecho de que no hay que meterse en una pelea para demostrar que eres un tipo duro; de hecho, puedes renunciar a pelear y seguir siendo un hombre. «You don’t have to die to prove you’re a man». En 1982, la masculinidad tóxica se hallaba en un punto de algidez proporcional al del consumo de cocaína. En cualquier caso, Beat It se convirtió en una suerte de homenaje a West Side Story y el sinsentido de los enfrentamientos violentos por demostrar algo.
No puedo tampoco dejar de compartir la versión de Weird Al Yankovic, al que, si no conoces, hoy estás de enhorabuena. Yankovic se dedica desde hace pues otros cuarenta años, seguramente, a parodiar canciones conocidas, cambiándoles la letra por cosas que suenan de forma similar, pero son descacharrantes. Aquí tienes su versión, llamada Eat It, un alegato contra el desperdicio de comida. Eat it, eat it, open up your mouth and feed it! A todas luces, es lo más genial que verás esta semana, mes o año.

Como decíamos, hay bastante consenso en afirmar que los videoclips de estos tres temas contribuyeron a una transformación del videoclip musical, subiendo el nivel hasta convertirlos en obras de arte por derecho propio. En 2009, el de Thriller fue el primer videoclip seleccionado para entrar al National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de EE. UU., que lo describió como «el videoclip más famoso de todos los tiempos». Y vaya que si lo es.
El elenco que participó en la grabación parece una orquesta sinfónica, hay decenas de personas. Entre ellas destacan el ingeniero Humberto Gatica, rey Midas de la música; las hermanas de Jackson Janet y La Toya; Eric Van Halen (solo de guitarra en Beat It); el mismísimo Paul McCartney (el salseo entre McCartney y Michael Jackson merece artículo aparte), o el mitiquérrimo Vincent Price, voz en off en la introducción de Thriller.
Así pues, Thriller sentó un precedente y ejerció una influencia enorme en otros artistas, sellos discográficos, productores… Tuvo tanto éxito que Michael Jackson alcanzó unas cotas inusitadas de relevancia cultural para un artista negro. Bravo por ese Michael pre… todo lo grimoso que vino. Otro día, si queréis, abrimos el melón obra-artista. Para celebrar la efeméride, ha salido una reedición especial, Thriller 40, con temas inéditos y material especial. Así que, fans acérrimos, ¡ya sabéis!