
Biopic sobre un cantante de country no muy conocido por estos lares -Blaze Foley- y que se ha convertido con el tiempo en un artista de culto, basado en una discografía bastante cortita ya que han desaparecido bastantes de las cintas que grabó y una biografía tumultuosa.
Su canción If I could only fly ya fue grabada en 1979 por Merle Haggard y Willie Nelson que siempre han reconocido su valía, así como el que fue su compañero cercano, Townes Van Zandt.
El actor Ethan Hawke, autor siempre vinculado a los círculos americanos más independientes -se estrenó en Sundance- busca un enfoque distinto al habitual en las biografías más hollywoodienses.
Opta por alternar momentos diversos de su vida en la narración, con especial atención a la difícil relación que tuvo con Sybil Rosen, la que fue su mujer y quien escribió unas memorias en las cuáles está basada la película.
No hay postureo, ni grandes momentos épicos, ni se dulcifica la caótica vida de Blaze, que tuvo varios altercados violentos y tenía un serio problema de alcoholismo.
Las letras de sus canciones -fuente principal de inspiración- y su música interpretada tan solo con la guitarra, comparten protagonismo con los sucesos que desembocan en su dramática muerte.
Como último punto interesante, señalar la interesante fotografía de tonos cálidos que se complementa estupendamente con la narración pausada.